Tepehuanes, Durango.- El general Francisco Murguía López, un destacado militar mexicano que complementó un papel significativo durante la Revolución Mexicana, nació el 5 de marzo de 1873 en Villa de Coss, Zacatecas, y lamentablemente perdió la vida el 1 de noviembre de 1922 en Tepehuanes.
A lo largo de su carrera, Murguía asumió importantes cargos como gobernador en Querétaro, el estado de México y Zacatecas. Se destacó como General Constitucionalista y participó en la Convención de Aguascalientes, donde se opuso a la renuncia del primer jefe. Posteriormente, organizó una columna de diez mil hombres y marchó hacia Michoacán para unirse a Manuel M. Diéguez en la lucha contra el villismo en el occidente del país. Juntos recuperaron Guadalajara y llevaron a cabo una intensa campaña contra Francisco Villa en el Bajío, participando en batallas clave como Trinidad y León, donde se ganó el apodo de “Héroe de León”.
En 1920, Murguía permaneció leal a Venustiano Carranza y dirigió la defensa de los convoyes que se dirigían hacia Veracruz. Sin embargo, su carrera sufrió un revés cuando fue aprehendido y sometido a un proceso acusado de falta de espíritu militar. Logró escapar de la cárcel y se refugió en Estados Unidos.
En 1922, intentó derrocar a Álvaro Obregón, pero su llamado a levantarse en armas no obtuvo respuesta, y su intento fracasó. Fue capturado en Tepehuanes, Durango, y un Consejo de Guerra lo condenó a muerte. El 1 de noviembre del mismo año, Murguía fue fusilado. Su muerte fue saludada por su antiguo enemigo, Francisco Villa, quien envió un telegrama de celebración a Adolfo de la Huerta, entonces Ministro de Hacienda, por el triunfo sobre Murguía. Su legado y sus acciones en la Revolución Mexicana dejaron una marca indeleble en la historia de México.
Por: Rolando Herrera