La Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios del Estado de Durango (Coprised) se declara imposibilitada para verificar o controlar la práctica de cultos, rituales, actividades espirituales, y/o consumo o suministro de sustancias.
A través de un comunicado, la instancia estatal aclara que las prácticas en las cuales una joven perdió la vida (la actriz Marcela Alcázar, quien consumió Kambó), son de carácter privado y operan bajo la clandestinidad, es decir, no existe dato alguno en los archivos de Coprised sobre la operatividad de dichos centros.
Agrega que no son establecimientos fijos, y regularmente los que realizan esas prácticas, no radican en el estado de Durango.
«En los casos en que se impartan talleres o diplomados sobre eso, corresponde a la Secretaría de Educación Pública determinar si existe legalmente el ejercicio de las mismas, su validez, o si cuentan con alguna especialidad que avale esta actividad”, se lee en el documento que es firmado por el comisionado Saúl Fernández Saracho.
Para finalizar, la Coprised reitera que las actividades señaladas son de carácter privado, y por lo tanto no se encuentran normadas para la vigilancia sanitaria, imposibilitando así para la ejecución de medidas de seguridad o sanciones.