Exige Vivanco fin a la tortura disfrazada de terapia
24/05/2025 - Hace 4 horas en Durango EstadoExige Vivanco fin a la tortura disfrazada de terapia

En el marco del Día Internacional de la Diversidad Sexual, el diputado local por Movimiento Ciudadano, Martín Vivanco, hizo un fuerte pronunciamiento desde la tribuna del Congreso del Estado de Durango, reiterando su llamado a prohibir las terapias de conversión, también conocidas como ECOSIG (Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género).
Martín Vivanco rechaza las terapias de conversión
Durante su intervención, Vivanco calificó las terapias de conversión como una “forma de tortura moderna”. En sus palabras: “Implican querer cambiar a una persona en contra de su voluntad, y eso es inaceptable”. Recordó que hace unos meses presentó una iniciativa para reformar el Código Penal y la Ley de Salud del Estado de Durango, con el objetivo de prohibir y sancionar cualquier intento de “corregir” la orientación sexual o identidad de género.
El legislador subrayó que existe un consenso amplio entre las distintas fuerzas políticas para aprobar esta propuesta, y exhortó a que se vote antes de que termine el actual periodo legislativo.
Durango busca castigar las terapias de conversión
La iniciativa contempla sanciones severas: de dos a seis años de prisión y trabajo comunitario de 50 a 100 horas para quienes practiquen, financien u obliguen a otros a someterse a ECOSIG. Asimismo, se plantea suspender hasta por tres años el ejercicio profesional de quienes promuevan estas prácticas en el ámbito de la salud.
Martín Vivanco también resaltó que organizaciones como la OMS, la Asociación Mundial de Psiquiatría y la Asociación Americana de Psicología han rechazado contundentemente las terapias de conversión, afirmando que “no hay nada que curar”.
Finalmente, el diputado reiteró: “Que nadie sea discriminado por ser quien es. Todos los derechos para todas las personas”. Esta iniciativa representa un paso clave hacia un Durango más justo, inclusivo y libre de discriminación.
Por: Antonio Gaytán