Las políticas públicas dirigidas a los jóvenes deben adaptarse a sus necesidades específicas, según destacó la diputada Rocío Rebollo Mendoza. Los jóvenes enfrentan problemáticas y prioridades distintas a las de los adultos, lo que exige diseñar acciones políticas enfocadas en su grupo etario. Para ello, la participación activa de este sector es clave en la solución de sus desafíos y en la organización del Parlamento de la Juventud.
Cabe señalar para lograr que los jóvenes se involucren directamente en la resolución de problemas de su sector, la legisladora presentó una iniciativa para que el Instituto Duranguense de la Juventud (IDJ), sea parte de la organización del Parlamento de la Juventud.
La legisladora del GP-PRI subrayó que la participación ciudadana es un mecanismo esencial para mejorar la gestión pública. Al incluir a los ciudadanos en la creación de políticas públicas, se fomenta una visión territorial más innovadora y propositiva. Esto es especialmente relevante para los jóvenes, quienes representan un motor de cambio en la sociedad.
Además, aseguró que la juventud es fundamental para el progreso de cualquier nación. Para lograrlo, es necesario garantizar sus derechos, proporcionarles una educación integral y asegurar su inclusión en el aparato productivo. Estas acciones no solo benefician a los jóvenes, sino también al desarrollo integral de la sociedad.
La actual legislatura ha priorizado el diálogo, la pluralidad y la sensibilidad social para fortalecer la democracia a través de proyectos como el Parlamento de la Juventud. Este espacio fomenta la participación activa de los jóvenes en la toma de decisiones, consolidando el respeto por los derechos humanos y promoviendo consensos basados en el debate de ideas.
En conclusión, apostar por los jóvenes en las políticas públicas es clave para garantizar un futuro más inclusivo y equitativo. Su participación activa no solo impulsa el cambio, sino que también fortalece las instituciones y el progreso social.
Por: Brenda Maurer