La senadora Gina Campuzano González, del PAN, advirtió que sin presupuesto real, la reforma a la Ley de Organizaciones Ganaderas no tendrá impacto. Durante la sesión de la Comisión de Ganadería del Senado, exigió recursos concretos para el sector, especialmente para los pequeños y medianos productores afectados por años de sequía.
“Necesitamos el presupuesto, porque todos tienen buenas intenciones, pero si no hay recursos, todo se queda en palabras. Esta ley es buena, pero si no se etiqueta el presupuesto necesario, se va a perder demasiado dinero”, enfatizó Campuzano, quien también recordó que muchas familias viven del campo y no pueden esperar más apoyos simbólicos.
Senadora Gina Campuzano exige presupuesto para la ganadería
La reforma, aprobada por la Comisión, establece que las organizaciones ganaderas —uniones, asociaciones y confederaciones— deberán proporcionar asesoría técnica y orientación financiera para mejorar la productividad y la sustentabilidad en el sector. Sin embargo, para Campuzano, estas medidas no servirán de nada si no se garantiza la asignación presupuestaria correspondiente.
La senadora, oriunda de una familia del campo, subrayó la gravedad de una sequía que lleva más de cuatro años afectando al país. Dijo que la falta de inversión ha obligado a muchos productores a trabajar con lo mínimo o incluso abandonar sus tierras. “Estamos viviendo una crisis en el campo, y si no actuamos con responsabilidad financiera, esto se va a agravar”, advirtió.
Equidad de género en la ganadería es prioridad
Además del enfoque técnico, se incluyó una reforma paralela que incorpora perspectiva de género en la ley. Gina Campuzano celebró que finalmente se reconozca el papel fundamental de las mujeres en la ganadería. La modificación permite su integración activa en las organizaciones y acceso a cargos de decisión.
“Las mujeres siempre han estado en el campo, muchas veces solas, sosteniendo el rancho. Esta reforma les da por fin el lugar que históricamente se han ganado”, afirmó Campuzano.
La reforma también busca cerrar la brecha de desigualdad estructural que ha limitado la participación femenina en el sector, promoviendo la equidad y fortaleciendo el tejido social en las comunidades rurales.
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