Durango, Dgo.-Los Navarro y su adoración a San Juditas, al que se encomiendan diariamente al iniciar su jornada laboral como policías.
Los Navarro y su adoración a San Juditas, es una familia que desde hace más de medio siglo sirven a la sociedad duranguense, desde sus cargos en las corporaciones policiacas.
La Historia
Despuntaba el año 1980 cuando en las instalaciones de la Inspección General de Policía (IGP), ubicada en parte de lo que fue el mercado Independencia, ubicado donde ahora es Plaza Hito, conocí al agente preventivo Lucio Navarro Córdova.
Originario de Mariano Matamoros, una pequeña comunidad enclavada en el municipio de Durango, justo por la carretera a El Mezquital, el policía había formado una familia con su esposa Angelita Ruiz Guerrero.
Diariamente, Navarro Córdova salía a recorrer la ciudad en compañía de otros agentes, en las patrullas que gestionó el Inspector Antonio Quiñones Álvarez, trabajo que supervisaba el Subinspector Francisco Rosas Arzola y el Coronel Mauricio Molina Miranda, el mayor Lorenzo Robledo Almaraz y otros mandos.
Su misión era la de proteger los intereses y la integridad física de los duranguenses, y aunque Lucio no egresó de ninguna academia, su natural inteligencia de hombre del campo y su respeto hacia sus semejantes, le ayudaban a cumplir cabalmente con su misión.
Entre los tantos servicios que le ordenaron sus superiores, estuvo cumplir una guardia en el Hospital General, que se ubicaba en el edificio de la avenida 20 de Noviembre y Victoria, de la zona centro, donde antes estaba el Hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Sus hijos siguieron sus pasos
Cuando tres de sus hijos alcanzaron la mayoría de edad, como desde niños comenzaron a ver las armas y el uniforme de Lucio, decidieron seguir los pasos de su papá: ser policías.
Lucio, Romualdo y Graciano Navarro Ruiz, son quienes, atraídos por el oficio de su padre, en diferentes fechas le comunicaron sus deseos de desempeñar el mismo oficial, pero no como policías preventivos, o uniformados, como también se les llama.
Ellos le aclararon que pensaban darse de alta en la Policía Judicial del Estado (PJE), es decir, como agentes investigadores, donde el principal requisito, no era el de asistir a una academia, sino el contar con una pistola propia y estar dispuesto a matar o a que lo mataran.
Tras las recomendaciones propias de un padre hacia un hijo que se inclinó por un trabajo muy peligroso, don Lucio los apoyó en su decisión y se dieron de alta en la citada corporación.
De ellos, por alguna razón, al poco tiempo Graciano decidió dedicarse a otro oficio, pero Lucio y Romualdo siguieron en la corporación.
Los hijos de Romualdo y Lucio también se convirtieron en policías
Al paso de los años, ellos tuvieron sus hijos, crecieron y algunos de ellos les mostraron sus deseos de ser policías.
Por el lado de Lucio, quien llegó a ser jefe de sector, su hijo Juan Francisco Navarro Salmerón, luego de ingresar al Instituto de Capacitación Policiaca (INCAP), egresó como agente investigador.
Lamentablemente, sus ojos no vieron cuando Francisco, a base de esfuerzo y de trabajo, se convirtió en comandante, ya que poco después de que se pensionó tras 30 años de servicios, pasó a mejor vida
En lo que toca a Romualdo, sus hijos Enrique y Arturo Navarro Gurrola, también ingresaron y egresaron del INCP, como agentes investigadores.
Desgraciadamente, Romualdo tampoco pudo ver realizados a sus muchachos, de los que Enrique es comandante, debido a que falleció en servicio cuando estaba comisionado en Guadalupe Victoria y se trasladaba a Francisco I. Madero, Pánuco de Coronado, para investigar un secuestro.
Antonio Campos Navarro, hijo de otra hija de don Lucio, también ingresó como policía investigador, así como otro primo de nombre Manuel Martínez Navarro.
Arturo nos habla de su trayectoria
El 22 de febrero de 1995, Arturo Navarro Gurrola se sumó a las filas de la Policía Judicial del Estado (PJE), luego de recibir la preparación y adiestramiento en el INCAP.
Cuando está prácticamente a punto de cumplir 30 años de servicio, Arturo Navarro Gurrola nos platica que, lo recuerda como si hubiera sucedido ayer, cuando ingresó a la PJE.
El Procurador General de Justicia era Juan Francisco Arroyo Herrera y el Jefe de la corporación, Héctor Romero Flores.
Maximiliano Silerio Esparza era el gobernador de Durango y aunque en el sexenio anterior, el de José Ramírez Gamero, se rompió con la costumbre de designar a un licenciado como titular de esa corporación, ya que el cetemista nombró a Antonio Diaz de León Cardona, Romero Flores fue el primer jefe que inició y se formó en la PJE.
Su primer sector
La primera misión que le designaron a Navarro Gurrola, fue en el municipio de Indé, bajo las órdenes del comandante Tomás Vidal de la Torre Zamora, un valiente elemento que sobresalió por su arrojo y forma de trabajar.
Su primer enfrentamiento
Con él mismo, estuvo comisionado en San Miguel de Cruces, donde, por cierto, sostuvo su primer enfrentamiento a balazos contra una banda de asaltantes.
Esa vez, a punta de bala los hicieron rendirse y entregar las armas, para luego arrestarlos y ponerlos a disposición del Ministerio Público, por lo que la consideró como su prueba de fuego.
Al paso de los años, el comandante de la Torre Zamora fue asesinado a mansalva, dicen que, por un conocido, cerca de su casa ubicada por calle Lerdo.
Ha estado comisionado en los sectores y comandancias regionales
Luego de una temporada, lo cambiaron a otro sector, enseguida a uno diferente, y así es como estuvo comisionado en la mayoría de los municipios de la entidad, incluyendo los de la región lagunera.
Al tiempo también lo comisionaron en los diferentes grupos en la ciudad de Durango, y por alguna razón solo en el de homicidios no.
Ha asistido al menos a 50 cursos de actualización
Los cursos de capacitación y actualización que ha realizado, le sirvieron para dar mejores resultados en beneficio de la sociedad duranguense
En cuanto a las prácticas de tiro al blanco, le sirvieron para ganar un primer lugar en una competencia entre las corporaciones policiacas de Durango y un segundo lugar a nivel nacional.
Precisamente por su capacidad, en la anterior ocasión que la maestra Sonia Yadira de la Garza Fragoso fue Fiscal General, lo comisionaron para formar parte de su escolta personal.
El mismo papel desempeñó, cuando era Vicefiscal Noel Diaz Rodríguez, ahora Fiscal Anticorrupción, así como con Arminé Raygoza Meléndez, Subsecretaria del Sistema Penitenciario, en el tiempo que fue Directora del Centro de Reinserción Social (Cereso) número uno.
Los momentos más tristes
Aunque durante los casi 30 años de servicio las satisfacciones por su trabajo han sido muchísimas, este policía de carrera también ha tenido momentos difíciles y muy tristes.
Sin lugar a dudas, entre esas fechas se encuentra el día 18 de agosto del año 2002, cuando sufrió el accidente mortal su padre, el comandante Romualdo Navarro Ruiz.
Otro es el 4 de diciembre del mismo año, cuando dejó de existir el líder de la dinastía Navarro, don Lucio Navarro Córdova, quien, tras 38 años de servicio, ya se encontraba pensionado y tal vez algo tuvo que ver el deceso de su hijo Ruma, como le llamaba desde chico y por cariño a Romualdo.
El tercer momento trágico que vivió nuestro entrevistado, sería la muerte de su tío Lucio, ya que el 10 de agosto de 2014, se fue a reunir con su hijo Armando, quien había emprendido el viaje sin retorno años atrás.
San Juditas Tadeo
El trabajo periodístico a manera de homenaje y reconocimiento a una familia que ha dejado sus mejores años y hasta su vida por proteger a la sociedad, que, dicho sea de paso, casi nunca agradece, lo realizamos precisamente para publicarlo en ocasión de el día de San Judas Tadeo, que es este 28 de octubre.
Como todos saben es el Santo Patrono de los policías investigadores y precisamente de eso le preguntamos a Arturo.
Comenta que, así como nació y creció entre armas de su abuelito, padre y tíos policías, también le inculcaron la devoción por San Juditas, así es que es devoto desde antes de ser agente.
Pero ya en las filas de la corporación, no hay día que no se encomiende a él al salir de su casa y de darle gracias a su regreso.
“… Yo no recuerdo a san Juditas cada 28 de octubre, sino todos los días, incluso, no solo le pido que me cuide, sino a esclarecer los delitos que me encargan y los resultados siempre son buenos”, dice el policía.
Sostiene que, aparte de la ceremonia religiosa que organiza la Fiscalía General del Estado (FGE), “… En lo particular, mi familia y yo le hacemos un rosario y una reliquia, para agradecer todo lo que hace con nosotros”, a la que incluso nos invitó.
Uno de los momentos que, a Arturo lo hizo recordar a su abuelito, a su padre y a sus tíos, es cuando su hijo Manuel Arturo Navarro Covarrubias, le comunicó que quería ser como él, o sea, agente investigador.
Ante esa inquietud, Arturo le propuso un trato: te apoyo para que seas policía, pero primero estudia una carrera profesional.
Manuel Arturo aceptó, estudió la carrera de criminología en la universidad Lobos, y al obtener el título, el padre le preguntó, ¿todavía quieres ser policía? y el hijo le respondió afirmativamente.
Luego le aclaró, solo que no seré policía investigador, sino policía preventivo, como mi bisabuelito Lucio, así es que ingresó a la academia y ya tiene un año activo.
Es así como Manuel Arturo se convirtió en la cuarta generación de la familia Navarro, en ser policías.
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