Durango, Dgo.-Tras escuchar la banda perdió la vida, pero la música siguió y continuará hasta que lo sepulten.
Quien tras de escuchar la banda perdió la vida, pero la música siguió, era un hombre amante de las peleas de gallos que, precisamente festejaba un triunfo cuando lo sorprendió la muerte.
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Iván Genaro Serrano Enríquez, era su nombre, quien al amanecer del martes dejó de existir a los 38 años de edad.
Con domicilio en la calle Tlahualilo, entre Tepehuanes y Santiago Papasquiaro, de la colonia Hipódromo, la noche del domingo Iván Genaro salió de éste para dirigirse al palenque de la Feria Nacional Francisco Villa, de la ciudad de Durango.
Esa noche y madrugada del lunes corrió con buena suerte, ya que sus animales salieron victoriosos y se echó varios miles de pesos a la bolsa.
Festejó en familia
Alegre como era, lo primero que pensó fue festejar, pero no en el recinto ferial, sino con su familia y en la casa de ésta, con banda y baile.
Luego de contratar a la banda, serían aproximadamente las 04:00 horas cuando empezó el festejo.
Ahí, junto con su esposa Irene, así como los hijos de ambos, Iván, Edwin, Viviana, otros familiares y amigos, comenzó a bailar, cantar y divertirse.
Serían las 07:00 horas, cuando dio por terminada la fiesta, les pagó a los músicos, éstos se retiraron e Iván Genaro subía las escaleras para llegar a su recámara, cuando tropezó y cayó.
Al quedar inconsciente, la familia lo auxilió de inmediato, lo subió a un vehículo particular y lo trasladó al hospital más próximo, al denominado La Paz, que se ubica en 5 de Febrero y calle Reforma.
Tan pronto llegó, el personal del nosocomio trató de reanimarlo, pero lamentablemente ya no contaba con signos vitales.
Que siga la tambora
Luego de las diligencias correspondientes, se montó la capilla ardiente justamente en su domicilio, porque así lo ordenó en vida, donde se pasó las horas más felices de su vida.
Ahí, en el mismo sitio en el que horas antes escuchara la banda, se colocó el ataúd con sus restos y encima de éste, saltó uno de sus gallos que no se apartó para nada.
El martes llegó la banda La Matona, para tocarle como a él le gustaba, pero hoy a las 15:00 horas, cuando salga el cortejo fúnebre al templo del Sagrado Corazón de Jesús, que está a una cuadra de su casa, lo seguirá la música de viento.
Al terminar las honras, continuará la tambora hasta el panteón de Oriente, donde bajará a su última morada al son de un Puño de Tierra, te Vas Ángel Mío y Que me Entierren con la Banda.
La partida de Iván Genaro, «El Güero», como le llamaban, causó un gran pesar y tristeza en sus padres Genaro Serrano Delgado, su madre María del Carmen Enríquez Lares, así como en sus hermanos Adrián y Nancy de los Ángeles.
El hoy occiso, era integrante de la tercera generación de una familia, ya que hace unos 60 años, procedentes de Sombrerete, Zacatecas, llegó a Durango el matrimonio formado por Genaro Serrano Rodarte y Socorro Delgado Pérez, quienes procrearon a nueve hijos.
A ellos los bautizaron como Rubén, Isidro, Genaro, papá del Guero, Dora, Olivia, Esteban, Gilberto, Cristina y Mary.
Con su partida corporal, ahora Iván se encuentra al lado de sus abuelitos paternos y su tío Esteban. Descanse en Paz.
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