DURANGO CONFIDENCIAL… No a los políticos mediocres
21/03/2024 - Hace 8 meses en Durango EstadoDURANGO CONFIDENCIAL… No a los políticos mediocres
Por: Edgar Burciaga
Maquiavelo, en busca de la gran política, escribió en su libro El Príncipe hace ya más de 500 años preceptos que no pierden actualidad, por lo que goza de vigencia y es una crítica a los políticos mediocres, dando muestras desde entonces que el sentido del servicio y del poder.
En el tiempo que estamos viviendo, necesitaríamos ver realmente de alguna persona que supiera ayudarnos a redescubrir que la política puede y debe ser grande, tendría que ser la obra de alguien con ánimo generoso, de quien haya entendido verdaderamente al viejo Niccolo Machiavelli, conocido como Maquiavelo a nivel mundial.
A los “príncipes” y gobernantes no les gusta escuchar críticas, pero el buen colaborador es el que dice la verdad, por lo que en las actuales campañas de ahora deberían estar rodeados de ellos, pero en su gran mayoría se rodean de aduladores y lisonjeros.
A más de 510 años de haber sido escrito El Príncipe, su crítica a los políticos mediocres, para invocar a los grandes, sigue vigente y en general sigue en búsqueda de la gran política porque no es lo mismo la gloria que la fama. La primera es la forma en que los hombres buenos saben ganarle al mal y la segunda es lo que han cosechado políticos como Hitler, ya que “quien quiere tener el poder hasta morir, mata a los ciudadanos”.
La finalidad de El Príncipe era mover a la acción, y Maquiavelo deseaba escribir para las generaciones venideras, hacer lo que él no pudo hacer por el bien de su patria y, ahora, se malentiende por maquiavélico a aquél que no tiene principios, que miente, a un político corrupto, interesado en su propio poder, a esa persona fría que sabe controlar sus pasiones, que se domina a sí mismo, que simula, que esconde su pensamiento y ve dentro de las almas.
En todo el mundo, las democracias se enfrentan a un enemigo nuevo e implacable que no tiene ejército ni armada, no procede de ningún país que podamos señalar en un mapa, porque no viene de ahí fuera, sino de aquí dentro, porque en lugar de desafiar a las sociedades libres con la destrucción desde el exterior, amenaza con corroerlas desde el interior, con mediocridad en los políticos y la falta de servicio a los ciudadanos desde el poder.
En el caso de América Latina, la mediocridad en la política puede atribuirse a una serie de factores complejos y multifacéticos, como el clientelismo y el populismo, la corrupción, la falta de transparencia, el soborno y el nepotismo han socavado la confianza de los ciudadanos en sus líderes políticos y han debilitado las instituciones democráticas.
A eso hay que sumar la inestabilidad política, la falta de educación y capacitación cívica, que no dibuja un futuro alentador, donde los mejores ciudadanos no se involucran en la política y siguen siendo los mediocres quienes continúan al frente y ganan las elecciones.
Esperemos que, en este periodo electoral, en nuestro país se respire el espíritu de Maquiavelo, con fortuna, virtud y ocasión; es una buena oportunidad para que las cosas puedan cambiar la realidad presente y ver el espíritu de participación política de los ciudadanos y dejar a un lado la mediocridad en la política.
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