Los carretoneros hablan como carretoneros porque son carretoneros, pero ¿y los políticos?
19/05/2025 - Hace 4 horas en Durango EstadoLos carretoneros hablan como carretoneros porque son carretoneros, pero ¿y los políticos?

Por: Gilberto Jiménez Carrillo
En su acepción más literal, un carretonero es la persona que conduce un carretón. Un carretón es un tipo de carro grande, generalmente de dos ruedas y tirado por animales (bueyes, caballos, mulas), utilizado para transportar cargas pesadas. Su uso se remonta a tiempos antiguos, siendo un elemento esencial en la agricultura y el comercio durante siglos. El oficio de carretonero, aunque hoy en día menos común debido a la modernización del transporte, implicaba una gran destreza y conocimiento. El carretonero no solo debía saber guiar a los animales, sino también mantener el carretón en buen estado, conocer los caminos y ser capaz de sortear las dificultades del terreno. Era una figura importante en las comunidades rurales, encargada de transportar cosechas, materiales de construcción y otros bienes esenciales. Cuando alguien es dado a proferir vocablos sonorosos, groserías, vulgaridades, peladeces o malas razones, se dice que usa lenguaje de carretonero. La expresión es muy justa, y se usa todavía, aunque ya casi no haya carretones. Estos pesados vehículos de carga eran tirados casi siempre por mulas, y las mulas son animales a los que hay que hablarles fuerte para que entiendan. Desde hace muchos años, los mexicanos consideramos que un distintivo de los carretoneros es ser malhablados. El término «lenguaje de carretonero» o «hablar como carretero» se refiere a un estilo de habla que implica el uso de lenguaje vulgar, grosero o profano, o bien a una manera de expresarse con poco cuidado y educación. En esencia, describe a alguien que habla de forma tosca y sin refinamiento. hace referencia se dice de una persona descarado, audaz, cínico y desvergonzado en la forma de hablar. Desde Grecia existió la preocupación de cómo debían de comunicarse los hombres de estado. Los sofistas enseñaban a los jóvenes que aspiraban a ocupar cargos en el gobierno las disciplinas de la época: medicina, filosofía, matemáticas, etcétera, pero la más importante era la oratoria. Dominar la palabra para convencer, persuadir y hasta para engañar o mentir. Como en cualquier profesión u oficio existe un lenguaje especializado, en materia política ocurre lo mismo. El vocabulario de algunos políticos, regidores, diputados y senadores, desde hace un tiempo sería calificado de propio de un carretonero, pero yo conozco pocos carretoneros que dejarían de ser mis amigos si se enteraran con quién los ando comparando. Por ejemplo, Vicente Fox era dueño de un lenguaje prosaico y vulgar, lo cual recientemente se ha puesto de moda, pues muchos políticos, incluso desde las tribunas de las cámaras federales y estatales, nos muestran todos los días su florido lenguaje carretonero o placero. Ejemplos sobran de políticos léperos e ignorantes cuyo lenguaje avergonzaría a un carretonero de Sinaloa. Y lo más lamentable es que los mexicanos ya nos estamos acostumbrando a escuchar debates parlamentarios dignos de un grupo de carretoneros del mercado del glorioso puerto de Alvarado.
¿Pero quién se ve peor, el que habla como carretonero, o el que interpreta, significa y contextualiza cada grosería? En el caso de los carretoneros es entendible después de todo son carretoneros, pero no existen antecedentes de un diputado o senador cuyo oficio antes de ser político haya sido carretonero, sin embargo, se comportan como si fueran expertos en el oficio. Para acabar pronto en México con decirle a alguien carretonero(a) se entiende que habla usando palabrotas, lo interesante es que no se requiere ser carretonero para decir y tener actitudes vulgares, casos sobran de individuos con títulos universitarios y cargos púbicos importantes que utilizan para expresarse léxico de carretoneros incluyendo con frecuencia insultos y descalificaciones personales. Hace una generación, acusar a un diputado, presidente municipal, gobernador, senador, regidor o cualquier político de ser indigno que la democracia era una ofensa, en la actualidad se considera un piropo. Pero qué le vamos a hacer, no tiene remedio, el intenso diccionario de insultos parece una característica de los políticos contemporáneos.
Email:[email protected]