La maestra Francisca Escarzaga es reconocida como una de las grandes mujeres durangueñas de la Historia.
Por: Pedro Núñez López.
Hay seres que nacen para el cumplimiento del deber, algo, alguien, quizá todo y todos los programan para el desempeño de una misión trascendente y vital para la colectividad; tal es el caso de Francisca Escárzaga quien, habiendo nacido el 18 de febrero de 1866, hija «natural» del afamado señor Licenciado Francisco Gómez Palacio y de la humilde señora Mariana Escárzaga, gozó, desde su infancia, del amor al estudio y adquirió la sublima vocación de Maestra a los trece años, cuando se dedicó a la docencia, en la fábrica de hilados y tejidos «La Constancia», del Municipio de Nombre de Dios.
Enseñar, llevar la luz a los entendimientos, hacer el camino que conduce a los horizontes amplios, dando cátedra con el propio ejemplo, a esto, aplicó su vida, con tenaz empeño, desbastando toda rudeza, siempre con delicadeza, pero firmemente, con la seguridad de quien conoce el rumbo y sabe a dónde y para qué va, Francisca Escárzaga trabajó en el cultivo de sí misma y de los demás, aprendiendo y enseñando, para el mejor desarrollo de la sociedad duranguense, haciendo de ello un apostolado, que la condujo a Santa María del Oro, desde donde se hizo acreedora al título de Maestra, virtud al cual, mereció trasladarse, como Directora, a la Escuela Elemental No. 2, de la capital del Estado.
En el año de 1904, se le designó Directora Fundadora de la primera Escuela Superior. En 1913, fue nombrada catedrática de Pedagogía en el Instituto de Niñas. Pero fue el 7 de agosto de 1916, al nacer la Escuela Normal, bajo su dirección y organización, por decreto del C. General Fortunato Maycoté, cuando la Maestra Francisca Escárzaga coronó todo el afán de su vida, logro que no fue fácil, porque un año después, en 1917, la Legislatura local pretendió, por motivos económico-políticos, fusionar la Escuela Normal con el Instituto Juárez, pero las razones de la Maestra Escárzaga y la nobleza del General Domingo Arrieta, a la sazón Gobernador de Durango, triunfaron.
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Esta extraordinaria pedagoga, lo mismo en el cargo de la cátedra, que como Inspectora de las Escuelas de la ciudad de Durango, que con su palabra cotidiana, periodística o poética y, sobre todo, con su conducta personal, se convirtió en la estrella que marca el rumbo de la superación por la cultura, deber para el que algo, alguien, quizá todo y todos la programaron y al cual, se entregó gozosa, incluso, cuando un destacado profesionista de ese entonces, intoxicado por los prejuicios socioeconómicos del momento, la puso en terrible y difícil disyuntiva al ofrecerle matrimonio, a condición de que rompiera con su madre y dejara sus actividades magisteriales dándole así, a la educación, la oportunidad de impartir su mejor lección.
Francisca Escarzaga siguió en su puesto de hija y maestra, hasta que fatalmente las consecuencias de un ataque de afasia la arrancaron del magisterio en 29 de enero de 1925.
Sirva esto como un homenaje a todos los maestros Durangueños y Mexicanos por su loable labor en la enseñanza de un México Mejor y deseando tengan un feliz Día del Maestro.
Fuente de información: Libro Homenaje a las mujeres de Durango, texto Olga Arias de Weber.
Imagen del profesor Rodrigo Avalos.