Por: Pedro Núñez López

Por lo que se refiere al hospital, éste se estableció a petición de Diego de Villar, procurador de la Villa de Durango, teniendo su fundación el 31 de julio de 1595, y se le puso bajo la advocación de la Santa Veracruz, nombrando administrador a Alonso Meléndez y se contó para sufragar los gastos del establecimiento con las rentas de dos casas que con ese objeto habían sido legadas y con el noveno y medio de las rentas decimales pertenecientes a la Villa de Durango.

Algunos años después, se encargaron del hospital los religiosos de San Juan de Dios, y aunque al fundarse el establecimiento fue puesto, como dijimos, bajo la advocación de la Santa Veracruz, se le llamó después de San Cosme y San Damián, siendo atendido por la Orden de los Juaninos y los primeros de ellos fueron Fray Francisco Ferrer y Fray Juan de Torres.

El hospital, que todavía al terminar el siglo XVI se llamaba de la Santa Veracruz, se sustentaba de limosnas y no menciona el señor obispo (de Guadalajara, Don Alonso de la Mota y Escobar) que al tiempo de su visita estuviese ya construida la iglesia que fue llamada San Juan de Dios, aunque por otros datos sí parece seguro que existía ya una capilla.

El Ayuntamiento recibió una petición (de ayuda) y la estudió el nueve de abril de 1682, acordando se hiciera una vista de ojos al hospital, cuya diligencia se encargó al General Pedro de Calleros y al Alférez Martín de Ubalde.

No se encuentra el expediente final de la cuestión, pero parece ser que por entonces no debe haberse logrado cosa mayor. Su Majestad, en real despacho de 25 de abril de 1719, accedió a lo pedido y entonces se reformó y amplió el hospital.

Los trabajos de reconstrucción iniciados en 1718 duraron cuatro años y se le dio al hospital, desde esta fecha el título de Hospital Real de San Cosme y San Damián, aunque vulgarmente se le conoció hasta principios del siglo actual (veinte) con el nombre de Hospital de San Juan de Dios, designando al médico de planta y agregando una botica.

Desde entonces ha continuado prestando muy importantes servicios a la población, aunque sufriendo también las consecuencias de la cambiante política nacional. Así, a raíz de la Independencia se le llamó Hospital Imperial, para ser después Hospital Civil, con cuyo nombre continúa aún abierto al público, aunque en distinto local, pues del que ocupara durante más de tres siglos, anexo al templo de San Juan de Dios, fue trasladado en 1916 al local que en la actualidad le sirve de albergue.

Aunque la primera década de este siglo se inició la construcción de un espacioso edificio que se proyecta destinar al hospital, cuyas obras quedaron muy avanzadas y en las que se invirtieron muy importantes sumas, tales trabajos se paralizaron totalmente con motivo de la Revolución. El edificio fue utilizado en ocasiones como cuartel, o como lazareto en épocas de epidemia. Finalmente, cedido al Gobierno federal, éste ha establecido en su recinto diversas instituciones educativas, a cuyos fines se encuentra dedicado hasta el presente (1964).

En la portada del antiguo hospital se lee, bajo el escudo imperial de Iturbide: «Se fundó este Hospital el año de
1719 para pobres enfermos y se colocaron estas armas el día 26 de marzo del año de 1822, segundo de nuestra Independencia».

En la fotografía, la portada del hospital, seguramente anterior a 1934, en la que se planeó el establecimiento de la escuela Alberto M. Alvarado en el lugar, en donde se ubicaba el panteón del hospital en los primeros años de su creación además de acomodar a una logia en un sitio anexo.

Se salvaron de ser destruidos tanto el templo de San Juan de Dios, como el hospital. Dice Javier Guerrero: «Iniciados los cursos de la escuela Guadalupe Victoria, de manera normal, el gobernador del estado General Carlos Real determinó la necesidad de construir en su favor una escuela anexa, para ello solicitó el apoyo del Gobierno federal para la autorización de la demolición del templo y hospital de San Juan de Dios para terminar la Anexa a la Escuela Superior. Aunque el 25 de octubre de 1934 el Gobierno del estado recibió el templo de San Juan de Dios, para destinarlo a la escuela Anexa a la Escuela Superior Guadalupe Victoria, afortunadamente la demolición de estos edificios no se concretó, y se optó por reaprovechar el patio principal y se adaptaron los pabellones del Hospital para recibir las aulas de la nueva escuela. El hecho de no haber clausurado al culto la nave principal de la iglesia motivó que se buscara una nueva solución a la construcción de la escuela, cabe señalar que es el único templo en Durango que presenta unas Gárgolas en la fachada lateral por la calle de José María Pino Suarez, por lo que se optó por trasladar la fachada principal a la calle de Juárez, dejando de manera opuesta el atrio de la iglesia sobre la calle Victoria». Supongo que aún estaba fresco el conflicto cristero, comentó Chuy Reyes.

FUENTE: Durango. Cuatro siglos. 1964. Fuente: Apuntes para la historia de la Nueva Vizcaya. Atanasio González Saravia. 1941. Imágenes y textos proporcionados por el Sr Luis Felipe Álvarez Vargas al grupo Durango Antiguo.