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Un día en la historia de Durango, nació una gran mujer

03/10/2021 - Hace 3 años en Durango

Un día en la historia de Durango, nació una gran mujer

Cultura | 03/10/2021 - Hace 3 años
Un día en la historia de Durango, nació una gran mujer

Un día en la historia de Durango

Por: Pedro Núñez López

El 29 de septiembre del año de 1928, llego a la vida una hermosa niña, en la ciudad de Santiago Papasquiaro, Doña Lucia Herrera M y Don Benjamín Lopez salieron de los Herreras, Durango apresurados llegaron al hospital, pues ya era hora de la llegada del bebe que esperaban por recibir, no sabían que sería una niña, así que solo deseaban que todo saliera bien, con el transcurrir de las horas llego esta hermosa damita, para darle alegría a la familia que recién fue formada.

Al paso de los años fueron llegando, primero su hermano Daniel en 1935 y dos años más, llego María Rosa, los tres hermanos fueron creciendo cumpliendo con su trabajo y escuela, cada uno de ellos para apoyar a sus Padres en los diferentes que haceres de su tiempo, viviendo una juventud llena de trabajo, pues así era la vida en Los Herreras.

Como todo mundo se conocía en ese pequeño lugar, desde luego las familias y las amistades, eran los puntos de reunión para sus diversiones de aquellos tiempos, además de que siempre estaban al pendiente de la llegada del tren, para ver quien llegaba, o bien, para ir al correo por las cartas que se recibían, ya que aún no llegaba ni el radio y menos la televisión, no había otra forma de comunicarse más que por el telégrafo y posteriormente por los telegramas. Poco a poco llego la radio y la tecnología.

Uno de esos días en 1955, un Sr. Que era Radio técnico y andaba haciendo trabajos por toda esa zona hasta Tepehuanes y flecho a nuestra damita, este se enamoró de ella y la solicito en matrimonio a Don Benjamín López Galindo, que era originario del poblado de Sandias, municipio de Tepehuanes, y Doña Lucia Herrera Manqueros, originaria de Los Herreras, municipio de Santiago Papasquiaro. Una vez que se casaron empezaron a radicar  en la capital del Estado, viviendo por la avenida Felipe Pescador, a los primeros días le llegaron cuatro hijos, que se tuvo que hacer cargo, estos eran producto de una relación que había tenido su esposo, con otra persona y al enterarse que se había casado, fue y le llevo los hijos, partiendo ella rumbo a la ciudad de México, con el paso del tiempo estos hijos se retirarían a la capital de la República, luego llegaron los hijos de nuestra dama, ya toda una Sra. De 1957 a 1969 llegaron 8 hijos, cuatro mujeres y otros tantos hombres, en 1971, fue abandonada por su esposo dejándola en la peor de las miserias y con ocho bocas por alimentar.

El mayor de los hombres empezó a trabajar a la edad de 11 años, luego le siguió la mayor de las mujeres para así sostener a el resto de la familia, al transcurrir el tiempo poco a poco se fue estabilizando la situación económica pues los hermanos de la Sra. Que estaban en Los Estados Unidos de Norteamérica, la apoyaron bastante, poco a poco cada uno de los hijos fueron haciendo su vida al contraer nupcias o retirase del hogar, siendo cada uno muy responsables debido a la educación y formación que su madre les dio, ella, una gran mujer que logro salir adelante a pesar de todos los inconvenientes y lo duro de la vida.

Llegaron los nietos, y esa fue una gran alegría para nuestra Sra. Ya tenía su casa propia, y jamás la sacarían de ahí, como ella decía, por las noches se le veía cenado un café con una pieza de pan, o si había camote o calabaza, que era su comida preferida, se ponía a caminar alrededor de su casa, recorriendo las calles aledañas, pues lo hacía para sentirse bien.

El día menos pensado decidido operase de sus ojos pues desde joven padecía cataratas y batallaba para mirar bien, cuando la operaron ella estaba maravillada de que podía ver muy bien, inclusive su hermana estaba feliz y le comento que vendría a verla pues ellas tenían mucha comunicación por teléfono.

Unos meses después ella empezó a sentirse mal y la encontró su hijo mayor en el suelo, víctima de un infarto al miocardio, eso ocurrió el 06 de febrero del 2001, hoy, a 20 años, siete meses, 23 días de su partida, al pie de su tumba con un ramo de flores, se le recuerda como una gran mujer ejemplar.

Esa Sra. Era mi madre. Gudelia López Herrera.

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