Por: Raquel Carreón Lugo

El rugir de los motores, el olor a chicle de llantas, la adrenalina de la velocidad, elegancia y profesionalismo de todos los pilotos, se pudieron observar desde temprano en Durango, con la llegada de la Carrera Panamericana.

Partieron desde las 07:00 horas de Zacatecas para llegar a Durango; los primeros hicieron una hora con 45 minutos, una velocidad impresionante, pero además con toda la precaución que implica la carrera de autos clásicos más antigua y más importante de todo el mundo.

Durango es uno de los lugares más queridos y más esperados, sin embargo, en este 2020 por la situación de la pandemia no se pudo hacer una fiesta masiva como año se realiza.

Incluso Durango capital fue solo lugar de pasada ya que Torreón será el destino final.

Todos los pilotos de las diversas categorías hicieron agrupación en la gasolinera para salida a Mazatlán, ya que inmediatamente se fueron para la sierra, donde pasarán por los puntos de Río Chico, El Soldado, Mimbres, Las Rusias, El Palmito y Espinazo del Diablo, éste último siendo el tramo más peligroso pero a la vez el más gustado por todos.

Para la etapa siete que será de Durango a Torreón, los pilotos pasarán por Nazas, Rodeo, Presa Lázaro Cárdenas, Indé, Santa María del Oro, Tepehuanes, Ciénega de Escóbar y Santiago Papasquiaro.

Es importante destacar que algunos carros fueron averiados, por lo que tuvieron que abandonar la carrera.

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