El Club Deportivo Ariel, fundado en el Gobierno de Agustín Castro, se anunciaba en la prensa de 1923, como el primer centro de educación física en el país y decía que su propósito era formar hombres fuertes y sanos, capacitados para ser activos y de acción y para ser elementos que honren a la patria. En verdad fue un excelente club deportivo, que llegó a contar con canchas de tenis, frontón donde muchos sacaban el chivo, gimnasio, canchas de básquetbol, boliche, pista para patinar, alberca, baños de regadera y campo de softbol, cuya existencia se prolongó hasta finales de los años cincuenta, para dar paso a las Facultades de Medicina y Contaduría y Administración de nuestra máxima casa de estudios. La cuota mensual en 1923 era de dos pesos.
Como en todo campo deportivo asistían una gran mayoría de jóvenes y por supuesto se daba de todo y dentro de ello los altercados como el siguiente relato, el duelo en El Ariel, todo empezó cuando por una discusión deportiva Antonio García «El Gringo», le asestó un batacazo en la cabeza con una pala de jugar pelota a José Castro El México, por lo que sin mayor formalidad se retaron a duelo en la primera ocasión que se vieran. Pasaron pocos días y viéndose entre 10 y 11 de la mañana, en El Ariel, el domingo 8 de diciembre de 1940, en las canchas de béisbol, de inmediato echaron mano a sus pistolas en duelo vaquero y dispararon. El duelo terminó cuando Gringo García, recibió un balazo cerca de la tetilla izquierda y se le encasquilló la pistola. «El Gringo» García, fue a parar al Hospital y El México Castro a la Penitenciaría. La finalidad del Club Deportivo Ariel, era formar hombres fuertes y sanos, para ser activos y de acción, pero en esta ocasión se le pasó la mano.
También era un lugar para el cortejo a las chicas y se decidió que un grupo de jóvenes de aquellos años crear el Club Vacilador Durangueño, por los años 20 un grupo de estudiantes alegres y bullangueros, formaron un club con el nombre de Club Vacilador Durangueño, que enamoraban muchachas, asistían todos los días al Ariel hasta entrada la noche y en las funciones del Cine Victoria bromeaban y gritaban molestando a los cinéfilos. Ese Club Vacilador Durangueño, estaba formado por Julio y Fernando Estrada Chávez, Álvaro Roncal, Alfredo Bátiz, José Emilio Nahoul y por el que varios años después sería el serio y solemne cronista de la ciudad de Durango: Ignacio Gallegos. Nos cuenta Saul Piedra que el Ariel tesoro muy mío donde mis dotes de deportista Duranguense se desplegaron. Las albercas en el año de 1943, las piscinas en donde podían echarse clavados y manchingüecas los durangueños eran El Ariel, la alberca de la Casa del Campesino, y las albercas infantil y olímpica del Parque Guadiana.
Comentó Ángel Medina que su papá era un entusiasta del frontenis desde hace muchos años, ahí en la deportiva… Y Lorena Castro menciona que ahí iba su hermano Eduardo Castro Romero («La gallina») a jugar le encantaba el frontón (QEPD). Platicó Silvia Susana Almonte Ávila, que en los 60 a le tocó jugar con esas pelotas de fuego y Manuel Paura decía que las pelotas eran de esponja, les quitaban toda la esponja y quedaba una bolita de hule y ahí la iban formando con hule y las impregnaban de hule derretido al final estaban duras se nos hinchaban las manos y botaban mucho. Mencionó Genaro Saucedo Martínez, que en ese lugar se llevó a cabo una exposición a principios del siglo pasado no tengo los datos sólo lo sabe por pláticas.
Comentó María Isabel Osuna, que esa entrada de cantera que está a tras de la estatua daba la entrada una quinta que le llamaban la quinta de Furman que era de un francés en esa casa trabajaba como encargada de la finca una tía de su abuela y llevo a su abuela de ocho años a vivir con ella, y le contaba que era una casa muy hermosa y que tenía un mayordomo, había un estanque donde había patos y los jardines muy bonitos, ahí permaneció ella hasta la edad de 15 años, cuando salió para casarse con su abuelo que en esos años era jefe de telégrafos de Canatlán.
Jóvenes jugando futbol en las canchas del deportivo Ariel en una imagen de los años 50, otra de jugadores en fotografía coloreada del equipo de softbol Farmacia Benavides. Arriba de izquierda a derecha: Heriberto “Vetarra” Rosales, Francisco “Pelón” Flores, Enrique “la Chiva” Vázquez, Antonio Haro, Efrén N, Jaime Arteaga, Jesús Sainz. Abajo: Gabriel Flores, Miguel Ángel Zárate, Alfredo Castrellón, Felipe «La Sombra» Álvarez, Tiburcio Garza. Principios de los años 60, en los campos del Deportivo Ariel, imagen proporcionada por Luis Felipe Álvarez Vargas. Con el tiempo la propiedad de deportivo Ariel paso a formar parte de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), y poco a poco se fueron levantando ahí las escuelas de Leyes, Medicina y La Facultada de contaduría y administración, esta ultima inicio su construcción en la primera quincena del mes de mayo de 1972 a un lado de lo que fue la alberca del Club Ariel, se dijo que tendría un costo de un millón novecientos mil pesos, Fernando Moreno comenta que fue el gran arquitecto Wenceslao Bátiz Martínez Negrete quien lo proyecto y llevo a cabo.
El frontón del deportivo “El Ariel” que se localizaba donde son hoy las facultades de Medicina, Derecho y Contaduría y Administración de la UJED. Como se ve en la fotografía algo deteriorada y que fue tomada por Luis Ríos, en el año 1955.
Imágenes obtenidas del grupo «Durango Antiguo» del Facebook. Texto obtenido de los comentarios del mismo grupo y del libro instantáneas Durangueñas de Enrique Arrieta Silva