La pobreza aumentó en México, y el trabajo infantil se ha convertido en uno de los principales efectos.
Actualmente, la única cifra oficial que se conoce es la que resultó en 2019, cuando se realizó la última encuesta. Ese año se dedujo que había 3.3 millones de niñas, niños y adolescentes, que trabajaban.
Esta población tenía entre cinco y 17 años de edad. No obstante, debido a la pandemia se prevé que el problema haya incrementado desde 2020.
Durango es uno de los estados donde la mayoría de sus habitantes tienen un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos. De acuerdo con el Coneval, el 55.2 por ciento de sus ciudadanos padece esta condición.
Sin embargo, se carece de información actualizada sobre el impacto de la pobreza en el trabajo infantil. El secretario del Trabajo y Previsión Social, en Durango, Israel Soto, refirió cifras que datan de 2017 y 2019.
Precisó que hace cuatro años, se habían documentado alrededor de 56 mil niños que trabajaban, mientras que para 2019 registraron 34 mil niñas, niños y adolescentes. «Es una reducción considerable, pero cabe aclarar que son cifras de 2019», admitió.
Aunque la observación permite conocer algo respecto al problema, ya que, en el caso de Durango, cada vez se observa a más población infantil trabajadora, fenómeno que se relaciona con la crisis por la pandemia.
El secretario afirmó que han detectado por «la cuestión excepcional que estamos viviendo con la pandemia, que hay mayor número de niños trabajando en calle». Aunque aseguró que, en conjunto con el DIF del estado y municipal, han incluido a 600 en un programa de becas.
José Ángel es uno de estos cientos o ya miles de niños y adolescentes que trabajan. Él comenzó a trabajar desde los 12 años, debido a la situación de precariedad que vivían en casa.
Ahora tiene 15 años y tres de experiencia en manejo de madera. Dice «mocho madera en una máquina, trocera», por esto siempre que sale de casa su mamá le pide que lo haga «con cuidado».
José Ángel no terminó la primaria, pero ha retomado sus estudios a través del sistema abierto que ofrece el Instituto Duranguense de Educación para Adultos (IDEA), ya que quiere ser arquitecto.
Por ello en estos momentos está «contento porque ya regresé otra vez y eso me sirve mucho».
Recientemente, el Inegi informó que 5.2 millones de estudiantes de entre tres y 29 años de edad, dejaron la escuela, ya no se inscribieron al ciclo escolar en proceso.
El secretario del Trabajo, afirmó que este contexto propicia el trabajo infantil; «que no haya clases presenciales y obviamente la crisis», además indicó que «hay muchos niños huérfanos, que perdieron a sus padres hoy con la pandemia».
De acuerdo con las cifras del Inegi, de los estudiantes que dejaron la escuela este ciclo, 2.3 millones indicaron que fue a causa de la pandemia y 2.9 millones por falta de dinero. Pero se desconoce cuántos se vieron obligados a buscar la forma de llevar dinero a casa.
Aunque debido a la crisis por la pandemia, ayudar a la economía familiar podría ser una de las principales causas del trabajo infantil. En el caso de José Ángel, así fue, el comenzó a trabajar para poder cubrir todas las necesidades, incluso las básicas como alimentación.
«Yo le daba a mi mamá lo que ganaba, nomás dejaba unos 100 pesos», relata. De esta manera en su casa «se fueron acomodando las cosas, ya no faltaba para comer».
Y es que la economía empeoró en los dos últimos años, de 2018 a 202.0, la pobreza aumentó de 41.9 por ciento de la población a 43.9 por ciento, mientras que la pobreza extrema creció de 7 a 8.5 por ciento.
José Ángel sabe que su prioridad debería ser estudiar, pero recalca que «la verdad estoy necesitado para trabajar por eso estoy chambeando».