Por: Antonio Gaytán
La certificación es la puerta de mejores mercados para los campesinos, declaró el secretario de Desarrollo Económico, Gustavo Kientzle, ante las nuevas exigencias de los consumidores.
- Existen tres factores que afectan la agricultura: cambio tecnológico, cambio climático y nuevas tendencias de alimentación (dietas).
Cambios que se potenciaron a nivel mundial debido a la pandemia de COVID-19.
Uno de los principales desafíos es acabar con el hambre y todas las formas de malnutrición, así como reducir la incidencia de las enfermedades relacionadas con la alimentación.
Para ello es necesario aumentar la disponibilidad y la accesibilidad de alimentos seguros y nutritivos.
Durango cuenta con un primer consorcio de exportación donde se certifican espárragos, apio y tomates, toda la producción de este año está vendida al extranjero.
- Incluso se certificó que los tomates sean del mismo tamaño de las hamburguesas, como pide una franquicia de los Estados Unidos.
Y se trabaja en la conformación de un segundo consorcio para exportación enfocado al melón y la sandía, que se produce en la región lagunera.
Incluso, destaca el titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) que, este Gobierno estatal, dejará la “mesa servida” para una tercer y cuarto consorcio de exportación.
La certificación es la puerta de mejores mercados para los campesinos, es garantizar un mejor producto para los consumidores finales.
Los consumidores, tanto nacionales como internacionales, pagan mejores precios por alimentos certificados como orgánicos y para logra esa calificación se deben cuidar varios factores: agua, suelo y manejo de las cosechas; incluso, algunas certificaciones van más allá, piden uso de energías renovables y buenas condiciones laborales para quienes trabajan las tierras.
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