Por: Antonio Gaytán
«Cuando hay sequía, mueren más niñas indígenas, son las últimas en tomar agua», declaró la diputada federal Martha Alicia Arreola (Morena), al abordar los riesgos de las mujeres en el país.
El pasado 8 de marzo, se conmemoró el Día Internacional de la Mujer, y se realizaron protestas para exigir igualdad de derechos, además de denunciar violencia en contra de este sector.
La legisladora federal Arreola Martínez consideró que debe hacerse justicia a las mujeres desde su infancia, protegerlas desde niñas y, en ocasiones, hasta de sus propios padres: «Vemos niñas víctimas de algún maestro, sacerdote, pastor o de algún familiar».
Además, señaló que existe una violencia que se denomina “vicaria”, que es cuando un hombre agrede a sus hijos para amenazar a la mamá para que haga lo que le ordena.
«Debe hacerse justicia a la mujer desde su niñez. Desde temprana edad sufren agresiones físicas, económicas y sexuales; crecen con esa carga y por eso explotan en sus marchas», aseguró.
Martha Alicia Arreola es abogada, especialista en la defensa de la mujer, y ha observado que las víctimas llegan con mucho miedo buscando justicia y con problemas psicológicos.
Durango cuenta con dos centros: uno para la protección de niñas, niños y adolescentes y el otro para atender a mujeres, ambos para impartir justicia.
Están funcionando, sin embargo, en muchos casos, no encuentran sensibilidad en las instituciones y se sienten solas, abandonadas, sin que nadie pueda ayudarles.
Explicó que son centros de atención donde debe evitarse la revictimización, es decir, evitar que la persona reviva ese momento traumático y, para ello, quien atiende estas denuncias debe estar capacitado.
“La mujer necesita que haya empatía, que se le escuche y se le respalde; ofrecerse un psicólogo o un refugio seguro para ella y sus hijos”, agregó.
Afirmó que hay que hacer justicia a las mujeres y niñas, poniendo atención inmediata a los sectores más vulnerables como son las poblaciones indígenas.
La diputada federal recordó que durante la severa sequía que sufrió Durango en 2010 existen registros de una mayor muerte de niñas indígenas.
Y esto se debe a que cuando escasea el agua, primero el papá bebe de ella, se baña y come; después los hermanos varones y luego la mamá, y por último, las niñas.
Cuando hay sequía mueren más niñas indígenas, esta lamentable situación es una muestra de la vulnerabilidad de la mujer en nuestra sociedad.
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