Por: Antonio Gaytán
Durango exporta cebolla a Estados Unidos y es gracias a que se cumple con los procesos de calidad que demanda el mercado, declaró el productor, Javier Gutiérrez, en el municipio de Poanas.
Según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) produce más de 1.5 millones de toneladas de cebolla anualmente, la mayoría para consumo nacional.
Pero también una gran cantidad se exporta a otros países, Sader estima que México aporta una de cada 50 toneladas de cebollas que se consumen en el mundo.
Estados Unidos es el principal importador y, Perú, México y Canadá son sus proveedores.
La mayor producción de cebolla mexicana se concentra en Chihuahua, Guanajuato y Zacatecas.
En el caso de Durango poco a poco son más los campesinos que han incorporado la cebolla como una buena opción de cultivo, se considera muy rentable siempre y cuando se cuiden algunos factores como es contar con semilla certificada y un comprador.
La familia Gutiérrez Reyes ha sido, por varias generaciones, una de las pioneras en abrir nuevos mercados para la comercialización de alimentos que se producen en Poanas.
Javier Gutiérrez compartió al programa ‘Aquí hay Campo’ de Canal 15 que la cebolla es cultivo muy noble que demanda mucha mano de obra solo en dos momentos: siembra y cosecha.
Para evitar malezas y daños se usan camas de siembra con un ancho de 70 centímetros, en este caso se cuenta con un sistema de riego tecnificado de doble cintilla con emisores de goteo.
La población por hectárea son 240 mil plantas, con una distancia de 10 a 12 centímetros.
En esta región, explicó el productor, la variedad que se ha adaptado a la región es cebolla “Monja Blanca” son de tamaño mediano, promedio de tres a cinco pulgadas.
Reiteró que es muy importante que sea semilla certificada porque se garantiza el desarrollo de la planta y la calidad del producto, de esta manera se cumple con las exigencias del mercado.
La calidad que exigen los compradores nacionales e internacionales, son cebollas grandes de tres a seis pulgadas de tamaño y que tengan un solo centro en su interior.
Es un cultivo noble, pero también conlleva sus riesgos como hongos por exceso de humedad, por eso, la familia Gutiérrez ha optado por sembrar principalmente en noviembre y llevarla a un ciclo de seis meses, en una segunda opción de agosto a diciembre en ciclo de cuatro meses.
Durante la entrevista se contó con la participación del presidente de Fundación Produce, Jorge Pérez, quien destacó que la cebolla es una alternativa muy buena para el campo de Poanas y de todo Durango, destacó que, además, con los cuidados correctos se llegan a levantar de 50 a 60 toneladas de cebolla, producción que permite una expectativa de una buena ganancia.
Javier Gutiérrez comentó que además de cebolla, su familia también siembra frijol, maíz, avena, trigo, chile y diferentes tipos de hortalizas.
Poanas se considera como un municipio rico en sus tierras para las actividades agropecuarias, se tiene agua que les permite diversificar y entra a nuevos mercados.
Un dato importante, para la siembra y cosecha de la cebolla se contrata un número importante de trabajadores, hombres y mujeres; se generan empleos bien pagados que impactan de manera positiva en la economía local y en beneficio de muchas familias.
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