Por: Antonio Gaytán
«La guerra aumenta riesgo de hambre aguda en el mundo, es uno de los factores que provoca esta situación», opinó el gerente Regional del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), Alberto Cabello, sobre el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (por sus siglas en inglés FAO).
«Hay un entorno global que mueve la agricultura y las tendencias de precios es algo que estamos viendo, los sistemas de producción se ven afectados por diversos factores. Conflictos (guerras), migración, cambio climático, plagas, problemas de suelo y aumento en insumos, como el fertilizante, se suman y detonan un incremento de precios en los alimentos», explicó.
Además, aseguró que la guerra entre Rusia y Ucrania ha llevado al trigo y al maíz a sus máximos históricos en las proyecciones de la Bolsa de Valores. Asimismo, agregó que mucho del nitrogenado llega de esos países y encarece el fertilizante. Toda esta incertidumbre está provocando que los costos de producción se sigan elevando.
Por ello, la FAO y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) publicaron su informe febrero-mayo 2022, donde alertan sobre el riesgo de hambre aguda en 20 países:
- Colombia, Haití, Honduras (América)
- Afganistán, Birmania, Siria, Líbano, Yemen (Asia)
- Sahel (región conformada por Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania, Niger), Nigeria, República Centroafricana, Angola, República Democrática del Congo, Mozambique, Madagascar, Sudan, Sudan del Sur, Kenia, Etiopía y Somalia (África)
Durante su participación en el programa Aquí Hay Campo, el gerente regional del CIMMYT expresó que esta alerta es preocupante y que se debe actuar para modificar esta tendencia mundial.
¿Qué podemos hacer? El CIMMYT considera que realizando cambios en lo local se puede ayudar a favor de esta problemática global, aplicar la investigación científica en cada predio y ejido para elevar la productividad y contar con más alimento.
Aseguró que la aplicación de la investigación es vital porque los sistemas agrícolas son muy susceptibles al cambio climático, fenómenos meteorológicos que ya estamos viendo en Durango: «El campo enfrenta condiciones extremas como altas temperaturas y los rendimientos van a la baja».
El CIMMYT ofrece apoyo para el uso de semillas mejoradas, optimización de agua, restauración de suelos y mejorar las cosechas, en cantidad y calidad: “Tenemos que hacer acciones para mejorar las condiciones de cultivo, mejorar las condiciones de humedad de los suelos y lograr mejores rendimientos bajando costos de producción”, agregó.
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