La gente prefiere comer que cortarse el pelo por la difícil situación económica que ha provocado la contingencia del COVID-19, casi no hay clientes llevando a las estéticas a la quiebra, “muchos compañeros han cerrado”, manifestó Claudio Quintana, propietario del Salón de Belleza “Yo Claudio”, uno de los negocios que ha solicitado un crédito al gobierno sin éxito.

Son decenas de salones de belleza, estéticas y peluquerías; que al no tener ingresos están acumulando deudas como renta de locales, pago a proveedores, sueldos de trabajadores y cobros de servicios como agua potable, energía eléctrica y teléfono; entre otros gastos.

Con la intención de sobrevivir acudieron a la Secretaria de Desarrollo Económico (SEDECO) para tramitar un crédito que anunciaron en respaldo a los pequeños negocios, desafortunadamente se toparon que no son considerados empresas esenciales y se lo negaron.

Después acudieron a Fomento Económico del Ayuntamiento de Durango donde les pedían no estar en Buró de Crédito y escrituras de un aval, excesivo para la mayoría de los estilistas.

“No estamos pidiendo que nos regalen, pedimos un crédito emergente para sobrevivir, somos más de 70 estilistas que fuimos rechazados, que está pasando con el gobierno”, agregó.

La estilista Ema Verónica, propietaria del salón Exquisite, comentó que para estos negocios han sido días muy difíciles porque solo atienden un 5% de su clientela habitual, dan servicio previa cita y con mucho cuidado, atendiendo las medidas sanitarias; los ingresos que obtienen no les ayuda para solventar sus gastos y necesidades, “me da tristeza y coraje, el gobierno nos dice quédate en casa y luego, donde quedan las personitas que dependen de nosotros”.

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