Por: Uriel Blanco
Más de dos meses de lo que tenía que ser la mejor noticia: el nacimiento de su bebé. Esto ya se volvió la peor pesadilla de sus vidas.
Desafortunadamente desde aquel 13 de septiembre de este año, nunca se imaginaron lo que venía para su esposa Rubí, de 23 años, con el diagnóstico de meningitis aséptica.
Hoy, prácticamente se quedaron sin dinero por los gastos médicos, pero la fe nunca muere, por eso, siguen orando por la salud de todas las mujeres que están padeciendo la enfermedad en Durango.
Desde el 13 de septiembre hasta antes del 30 de octubre, Rubí tres días después de la cesárea en el Hospital del Parque padeció los fuertes dolores de cabeza.
“A los tres días inició con un dolor de cabeza muy intenso, nosotros sospechábamos que era lo mismo, la cesárea, pero este dolor era diferente”, expuso su esposo José Huizar de 23 años.
Al ser insoportable el dolor de cabeza, volvió a revisión médica en el mismo hospital particular antes mencionado, en donde la internaron de nuevo y canalizaron.
Luego la dieron de alta, pero al regresar a casa, el dolor de cabeza también volvió y otros síntomas como debilidad visual en el ojo izquierdo.
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Al principio, los médicos creían que se trataba de un cuadro de depresión post-parto, antes de poder diagnosticar meningitis aséptica.
La pareja acudió al Hospital General 450 a urgencias, pero les dieron tratamiento y se dio de alta. Aunque el malestar seguía, sólo se controlaba con el medicamento que tomaba para el dolor.
Otros síntomas que se manifestaron fueron vómito y pérdida de apetito.
En el hospital particular gastaron 20 mil pesos del parto, más siete mil pesos de la segunda vez que la internaron, más otros gastos imprevistos que sumaron, son más de 30 mil pesos los que tuvo que desembolsar para el hospital.
Cuando lograron hablar con el anestesiólogo, él les recomendaba regresar al Hospital del Parque, pero él sabía que no podía gastar más de lo que ya había invertido.
Ante la falta de recursos, le recomendaron llevarla al Hospital Materno-Infantil, donde duró una semana internada para practicarle punciones lumbares y tomografías, pero no aparecía nada y ahí determinaron que se trataba de un cuadro de meningitis.
En el Hospital Materno Infantil se le veía mal, no podía hablar ni moverse, por lo que, le sugirieron canalizarla al Hospital General 450 para que estuviera en observación. Esto fue el 30 de octubre, donde decidieron trasladarla en una ambulancia a Urgencias del 450, por lo que hasta esta fecha aún estaba consciente y platicaban.
“Entrando a Urgencias, la meten a un área aislada, le ponen los catéteres y cuando quería ir al baño, empezó a convulsionar enfrente de mí, le llamo a los médicos y me dicen que es una meningitis”, puntualizó.
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A partir de ese momento, los médicos le recomendaron intubarla e inducirle el coma para evitar daño cerebral.
Hasta el momento sigue en coma inducido, aunque ya ha abierto los ojos y él sabe que Rubí lo escucha, cuando pasan a verla una hora al día a Terapia Intensiva.
“El lunes ya cumplimos tres semanas con el coma inducido”, afirmó.
Llegó el medicamento
El esposo de Rubí confirmó que el nuevo medicamento para las 57 pacientes llegó apenas en esta semana que acaba de pasar, y que, por gestiones del gobernador Esteban Villegas se brindará de forma gratuita a quienes padecen la enfermedad.
Este medicamento reacciona distinto en los organismos, porque a algunas pacientes le surte efecto inmediatamente y otras, tiempo después.
Evolución
Los galenos del Hospital 450 decidieron abrir una ventana neurológica para ver la reacción de su esposa sin el medicamento que la mantiene sedada para analizar si evoluciona bien, las secuelas que van a quedar y la rehabilitación que necesitará.
“La fe es lo último que se pierde, al principio estaba destrozado, es algo impactante que no deseo a nadie, pero en vez de esperar sentado, me activé para luchar por la vida de mi esposa”, afirmó.
En su trabajo le dieron una pausa laboral, sin pago para que atendiera a su esposa, y aunque no se quedó sin empleo, sí está batallando económicamente, pero ahorita lo que necesita más es que llegue más personal médico al Hospital General 450 para que fines de semana y todos los días, las mujeres internadas sean atendidas adecuadamente.
Reconoció que él y su familia necesitarán apoyo post-terapeútico o psicológico para atender la salud mental ante lo difícil que es enfrentar una enfermedad como la meningitis.
Además, también es necesario prever que las mujeres tendrán que seguir un proceso de rehabilitación; el cual también es costoso en instituciones particulares.
En cadena de oración
“Todos los días le pido a Dios que nos ayude, por la salud de mi esposa, que mejore y también pido para que les dé sabiduría a los médicos, y además por las muchachas que como mi esposa están aquí internadas, a sus familias porque esto involucra abuelitos, hijos, tíos y hermanos”, concluyó.