Por: Antonio Gaytán
El fenómeno de La Niña podría extenderse y no son buenas noticias para la agricultura, alertó el gerente general de la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Rural (AMSDA), Octavio Jurado, en el programa Aquí hay Campo.
Se debe recordar que la agricultura vive de tormentas tropicales que se generan fundamentalmente por las condiciones de temperatura de los océanos.
Si las temperaturas se mantienen bajas, no hay evaporación de agua suficiente para tener tormentas de mayor alcance y, en consecuencia, menos lluvias y menores rendimientos en el campo.
- La Organización Meteorológica Mundial da una probabilidad del 60 por ciento de que La Niña podría extenderse hasta septiembre.
- De cumplirse este pronóstico, habrá una disminución en los huracanes que vienen del océano Pacífico, una de las entidades afectadas sería Durango.
Los efectos de La Niña están presentes desde 2021 y se esperaba que perdiera fuerza en los primeros meses de este año, sin embargo, se fortaleció y se corre el riesgo de que perdure hasta 2023.
Algunos le llaman «La Niña triple caída», otros «la triple Niña”, condición que no se observaba desde 1950 y que preocupa a nivel mundial; en algunas regiones hay sequía, en otras inundaciones.
El gerente general de la AMSDA recordó que el año pasado las lluvias llegaron tarde, y cuando llegaron, llegaron encimadas y generaron caída en rendimientos, incluso, hasta cambios en los patrones de cultivo.
“Este año no pinta mejor, sigue siendo un año de Niña, una Niña que se está prolongando; tenemos un arreglo con Pro Agro Seguros y el mapeo que hacen con sus satélites nos permite ver una temperatura del mar más fría de lo normal, incluso más fría cuando lo comparamos con eventos de sequía prolongada observados en 2011, 1995 y más atrás”, alertó.
En el estado de Durango se han presentado lluvias, pero no generalizadas, solo en algunas regiones donde ya están preparándose las tierras para la siembra de temporal.
Sin embargo, faltan las lluvias más copiosas que provocan las tormentas tropicales que vienen del océano Pacífico, precipitaciones necesarias para las siembras y el llenado de presas.
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