Leche de cabra para las industrias cosmética y médica, proyecto de valor agregado que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) impulsa en la Comarca Lagunera, región integrada por cinco municipios de Coahuila y diez de Durango.
La Comarca Lagunera es la región líder en la producción de leche de caprino, de acuerdo con cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), Coahuila aporta anualmente 46 millones 104 mil litros y Durango contribuye con 24 millones 851 mil litros.
Con esta capacidad de producción, el aprovechamiento de la leche de cabra representa una oportunidad para la elaboración de jabones y la exploración de nuevos nichos comerciales, con la intención de ofrecer un producto de calidad a los consumidores e importantes ganancias para los productores.
La leche de cabra es fuente de proteínas, vitaminas (A, D, B1, B2 y B12), minerales (zinc, fósforo, calcio, magnesio, hierro y potasio) y provee un gran número de aminoácidos esenciales para beneficio de la piel. Además, sus lípidos son esenciales para humectar y prevenir la resequedad en la piel.
El investigador del Campo Experimental La Laguna del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Luis M. Isidro Requejo, informó que las propiedades nutritivas de la leche de cabra han confirmado los beneficios de su textura, cremosidad y aportación de vitamina E.
Propiedades que al estar en contacto con la piel le proporciona nutrientes para un mejor bienestar, además, las lipoproteínas de esta leche ayudan al paso de los nutrientes y del agua en la piel, a través de la membrana de las células epiteliales. Estas cualidades contribuyen a que la dermis esté suave después de usar jabones elaborados a base de leche de cabra, abundó.
Actualmente, expertos del INIFAP promueven talleres para la elaboración de jabones artesanales entre los productores de pequeña escala de la Comarca Lagunera.
En la fabricación de los jabones se emplean 50 gramos de jabón a base de glicerina, derretido en baño maría, y se le agregan 50 mililitros de leche cruda de cabra (previamente filtrada), que se homogeniza y coloca en un molde, hasta que se solidifica a temperatura ambiente.
Una vez solidificado, el material se desmolda y empaca en plástico de PVC estirable para su venta como jabón artesanal de aproximadamente 100 gramos.
Para dar mayor valor agregado, los productores también elaboran jabones con ingredientes, como esencias, infusiones de plantas y diversos componentes que amplían la funcionalidad dirigida a cada tipo de piel o para algún padecimiento específico.
Por: Antonio Gaytán