Ganas de ayudar y el compromiso real con cada causa, son características que definen al personal de Grupo Garza Limón. La mañana del miércoles 21 de agosto fue distinta. Con cámara y micrófono en mano, se acudió al llamado… la cita con el destino fue en el poblado 5 de Mayo, Durango.
En ese momento no solo se pensó en la cobertura del caso, sino en ayudar con inmediatez; era esa corazonada -a veces indescriptible- que el oficio da y se desarrolla con el único fin de reaccionar por el bien de alguien o algo.
“Lobito”, así se decidió llamar a este perrito husky que fue arrollado y abandonado a su suerte. Cumplía 3 días en esa condición, como pudo se arrastró para tratar de ponerse a salvo.
Sus fuerzas y al parecer la adrenalina le permitieron llegar a media calle y quedó recostado cerca de una banqueta, inmóvil de su parte trasera. El apoyo de vecinos del lugar fue notorio perno insuficiente para la emergencia, asegurando que llamaron al 911 en repetidas ocasiones.
Agua y alimento no le faltaban, tampoco las caricias o menciones como “qué triste, pobrecito perrito”… Sin embargo, pasaban las horas y seguía bajo el sol y a veces en medio de la lluvia.
La transmisión en redes sociales tenía la intención de avisar, dar a conocer el caso, y que alguien de buen corazón levantara la mano para ir en auxilio; por alguna razón “Lobito” siguió en la misma condición, una tarde más.
Preocupado con justa razón, el reportero de Notigram, Raúl Vargas, regresó al sitio, lo subió al auto y trasladó al Hospital Veterinario Municipal, donde amablemente el lomito fue recibido para comenzar una serie de revisiones.
El pronóstico no era alentador, pero habría que dar tiempo a la examinación, resultados que al final del día confirmaron la gravedad de este perrito: fractura de columna y patas traseras, con afectación de órganos.
El compromiso subió de nivel, ya no solo para encontrar a una persona que se haga cargo de su cuidado de manera digna, sino de especialistas que realicen la operación, pero tal vez no existan en Durango o en algún estado cercano.
Es normal resistirse a una fuerte noticia como esta y solo pensar en la esperanza, alargando quizá un dolor que no es justo para nada ni nadie.
Muchos se han sumado a la causa por medio de mensajes de ánimo, manifestando solidaridad en este intento de auxilio, o aportando lo que su corazón les dicta. Estamos seguros de que en más de un hogar se prendieron veladoras para rezar por Lobito, el guerrero que unió a miles de corazones.
Por Víctor Salas