Actualmente hay por lo menos 12 casos de venta de viviendas o terrenos en fraccionamientos ofertados como residenciales en desarrollo, pero realmente se trata de un fraude.

Estos han sido detectados en la capital, afirmó Alberto Pérez Arellano Soto, director de Desarrollo Urbano.

Los desarrolladores lotifican aunque no tienen permiso y muchas ocasiones no respetan los establecido en el reglamento de Desarrollo Urbano.

Sus compradores desconocen que no cuentan con permisos necesarios e incumplen con reglas básicas, ya que los vendedores solo compraron el terreno y comenzaron a vender. Para esto, únicamente tramitan una solicitud para un uso de suelo, indicó el director. Es decir que, inician con el procedimiento para un nuevo asentamiento, «pero lo abandonan», advirtió.

Debido a esto, cuando los dueños de dichas casas o terrenos exigen servicios básicos o documentos oficiales como el registro de propiedad, se encuentran con que no es posible ya que fueron víctimas de un fraude.

«Vienen y nos reclaman a nosotros o nos piden información de que que está pasando, por qué no se les dan los servicios  y nosotros no tenemos nada», refirió.

Para el fraude utilizan un recurso que la le permite, y es la creación de una asociación de vecinos. En ésta «van incluyendo a todos los que compran, entonces no hay un responsable directo», advirtió el director.

Luego de un tiempo, los desarrolladores abandonan a los compradores, quienes no tienen certidumbre de tener la propiedad.

Han sido los mismos afectados quienes han denunciado el problema, incluso hay denuncias en la Fiscalía General del Estado. Con base en estos casos, se sabe que las propiedades son ofertadas a cosos bajos y con la promesa de pagar poco a poco las instalaciones de agua, luz, drenaje, banquetas y pavimentación.

Sin embargo, «es mentira», recalcó el entrevistado, «cuando ellos (los desarrolladores) ya venden, recuperan su dinero, sus utilidades, se desaparecen».

Así, dejan en total abandono a la asociación de vecinos quienes tendrán que resolver el problema solos.

Alberto Pérez Arellano, señaló que los defraudados solo «tienen un papel, una hoja de máquina con un recibo» por lo que «no pueden escriturar». Así es como se dan cuenta que fueron víctimas de un delito.

Algunos de los fraccionamientos que presentan este problema son Emperadores I y II, así como el Residencial Revueltas y otro conocido como Conquistadores.

No obstante, son «terrenos que quedan vendidos o medio vendidos», por lo que se convierten en un «calvario» cuando las personas comienzan a construir y luego buscan la regularización, comentó el director.

Indicó que debido a que en ocasiones aún no se paga al dueño real del terreno, se ven obligados a saldar esta deuda, pero aquí no termina el conflicto porque luego se percatan de que incumple requisitos de desarrollo urbano para poder implementar servicios básicos.

Se tiene identificada a una persona, que dirige el desarrollo de estos fraccionamientos, quien según el director de desarrollo urbano, primero utilizó adecuadamente el recurso de la creación de asociación vecinal, pero poco a poco lo deformó.

Se trata de «una ingeniera que de una manera u otra, hizo el primer fraccionamiento y lo hizo bien (…) pero después alguien la mal aconsejó y empezó a hacer otro y otro…». Actualmente tiene a su cargo seis fraccionamientos que «no cumplen con nada», advirtió.

Son 12 casos documentados hasta el momento, algunos investigados de manera penal. En la opinión del director, estos desarrolladores presuntamente fraudulentos «le encontraron la falla al sistema».