Permanece recostada en su cama a menos que sus papás la levanten, debe estar conectada a un respirador las 24 horas del día, el sonido del monitor de su ritmo cardiaco se ha convertido en la guía para al menos imaginar que es lo que necesita. Lupita tiene siete años, tres de los cuales ha vivido en cama, es como una «princesa dormida» que espera despertar.
Una «muequita» en el rostro al momento de sonreír, reveló que un tumor crecía cerca de su cerebro, dijo Hiram Arrieta Martínez, su papá. En ese entonces, ella tenía menos de cinco años.
Tras el diagnóstico, la niña comenzó a tener dificultades para caminar, por lo que poco a poco fue más evidente la necesidad de una cirugía, la cual se realizó el 14 de febrero de 2018.
Todo había salido bien, pero el 25 de marzo sufrió un paro respiratorio, recuerda su padre. Luego de esto comenzó a depender de máquinas y de su familia para continuar viva.
Grupo Garza Limón visitó a Lupita, en su casa en la ciudad de Durango, donde se mudaron, porque en Cuencamé, se complicaba su atención. El objetivo de conocer su historia es ayudar a reunir fondos para que vuelva a tener una vida normal.
«En su momento, si nos hacían mención que no nos aferráramos, que la dejáramos ir, pero de qué forma es dejarla ir», cuestionó su papá. Si su corazón sigue latiendo y aún en su situación ha habido veces que ella hace por hablar».
Actualmente, la niña no oxigena por si sola, «necesita estar conectada al aspirador porque no funciona su aparato respiratorio», explicó la mamá de Lupita.
A pesar de esto, la niña ha tenido movimientos que dan esperanza a sus padres de que se levante, por ello le dan terapia neuronal.
«El estímulo más grande que tiene ella son sus hermanas, la pequeña de cuatro años que la besa, le habla, y la mayor de 11 años, que sabe que es aspirar», platicó la mamá al tiempo que cobija a Lupita.
Por tres años han luchado, hasta que en medio de los peores pronósticos encontraron uno alentador.
Un doctor en Guadalajara le hizo estudios y estableció que con una cirugía la niña podría recuperarse; sin embargo, la situación económica en la que se encuentran ahora reduce las probabilidad de que esto suceda.
«Escucho gente que dice tengo un mes sin trabajar, hay que sonreírle a la vida porque nosotros vamos para tres años sin trabajar», cuenta Hiram.
Como sucede en casi todos los casos, no importa que crisis exista en la familia, las deudas no se detienen, Por ejemplo, aunque para Lupita sea vital el servicio de luz, en una ocasión se las cortaron.
Hiram recordó que salió de la casa y pidió de favor a los empleados de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que reconectaran la luz, «les platiqué la situación y la verdad dijeron discúlpenos, la volvieron a poner».
La familia admite que está «desgastada» pero solo económicamente, porque aún tienen coraje para intentar «despertar a esta princesa dormida», como dice su papá.
Que Lupita vuelva a caminar puede ser un hecho, pero se requiere una cantidad de dinero que en estos momentos no tiene la familia, además debido a que permanece conectada a aparatos, trasladarla resulta aún más caro, ya que se requiere una ambulancia aérea.
«Hay que reconocer que hay momentos que si se quiebra uno, porque no es fácil tener el recuerdo de tu hijo corriendo, hablando, jugando y de repente estar en esta situación», acepta Hiram.
Volver a ver a Lupita disfrutar su niñez como hasta hace tres años no es imposible, pero se requiere ayuda para reunir el dinero con el que puedan trasladarla y hacer la cirugía.
Si desea hacer un donativo para que la niña sea atendida, puede hacerlo en la cuenta 5579 0780 0434 3535 de Santander. También pueden comunicarse con el papá al número 618 302 2730.
En cuanto la familia tenga el dinero suficiente, la cirugía será programada.
«Los doctores, ellos nos dicen ya despídanse de su niña, pero hubo alguna confianza que dijimos bueno está en manos de Dios y él es el que decide», manifestó Hiram, quien pide a la población apoyo para despertar a Lupita.
«Pedir de todo corazón que nos ayuden con lo que puedan para despertar a esta princesa dormida», finalizó.