Introducir semilla de maíz transgénico en el país tiene como objetivo esclavizar a los campesinos mexicanos, coincidieron analistas del programa ‘Aquí hay Campo’ de Notigram TV y el presidente del Sistema Producto Maíz y Silo, Cirilo Soto.
Los analistas Evenor Idilio Cuéllar, Jorge Pérez y Manuel Espinoza, abordaron la prohibición del maíz modificado genéticamente en México y el debate que ha generado.
Recordemos que el presidente Andrés Manuel López Obrador se opone al uso de maíz transgénico para consumo humano porque se desconocen sus efectos en la salud, incluso, firmó un decreto donde prohíbe el uso de semillas genéticamente modificado.
También se prohíbe el uso del glifosato porque su uso en el suelo puede destruir ecosistemas y hasta provocar cáncer.
Prohibiciones que han generado una controversia con Estados Unidos y Canadá, países con quienes existe un tratado de libre comercio.
La decisión de AMLO, además, afecta intereses millonarios de empresas como Bayer-Monsanto y Syngenta, entre otras. Compañías que han interpuesto amparos ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y pagado apoyo de legisladores mexicanos.
Sobre este tema, el presidente del Sistema Producto Maíz y Silo, Cirilo Soto, señaló que la salud de las personas está siendo afectada con nuevas enfermedades y es consecuencia de la alimentación, comida que para producirla, año con año, se utilizan más plaguicidas.
«Aquí hay intereses afectados y son los que se interponen a esa medida, para mí, el presidente López Obrador está bien en su postura», agregó.
El exinvestigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), Evenor Cuéllar, celebró la decisión del presidente López Obrador porque México es país de origen del maíz, se cultiva desde hace seis mil años y tenemos variedades nativas que desaparecerían por contaminación de su germoplasma.
«Hablamos de maíces criollos adaptados por la naturaleza a las condiciones ambientales para su cultivo, son 64 variedades que siguen utilizándose en las unidades agrícolas de México», externó Evenor.
Comentó que un dato importante que se ha difundido es que el uso de semilla transgénica garantizaría mejores cosechas y más rendimiento por hectárea, «eso es una mentira, un engaño, lo que sí sucedería es la contaminación de las semillas nativas y en consecuencia, obligaría a los campesinos a pagar regalías a las empresas por derechos de regalías».
Evenor Cuéllar lo explicó con el algodón, externó que actualmente se siembra Chihuahua, donde las empresas no solo venden la semilla transgénica, también están monitoreando cada parcela y tienen el control de los insumos, hasta del comprador, y nadie se puede salir, porque si alguien siembra algodón convencional, van y lo revisan, le encuentran genes de su transgénico y le cobran derechos por regalías.
«Lo que mucha gente no sabe es que con el maíz transgénico va a pasar lo mismo, vas a sembrar un maíz que es propiedad de una empresa y te pondrán condiciones de a quién le vas a vender, las condiciones y el precio; si ahorita la semilla anda en tres mil pesos en un futuro puede andar en 10 mil pesos y la tienes que comprar», advirtió.
La llegada del maíz transgénico a una región liberará su polen y terminará contaminando otros cultivos, en consecuencia, la empresa reclamará un pago a todos los campesinos mexicanos; «por eso no puede entrar», reiteró.
Finalmente, el excolaborador del Inifap, mencionó que en México existen grandes científicos para desarrollar semillas híbridas sin afectar el geoplasma, hay que apoyarlos para responder a las necesidades de alimentación del país.
«No se trata de un debate de alimentación, es una guerra comercial, es un engaño para esclavizar a los campesinos», concluyó Evenor Cuéllar.
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