Mía tiene 15 años y está a punto de tener a su primer bebé. Para ella se trata completamente de una situación planeada, porque dice que «quería ser mamá desde hace dos años».

«Me llama mucho la atención los niños y veía a las muchachas con sus bebés y me daban ganas de tener uno», relata.

El día que confirmó que estaba embarazada se puso «muy feliz porque yo quería tener desde hace tiempo».

En nuestro país, los casos de embarazo en adolescente aumentaron 30 por ciento en el último año, según cifras del Consejo Nacional de Población (Conapo), cuyo estudio indica que esto fue a raíz de la pandemia.

En el caso de Mía, el embarazo fue una decisión consensuada, así lo asegura, aunque hay una diferencia de nueve años entre su edad y la de su pareja.

Según el informe de Conapo en un año se registraron ocho mil 876 nacimientos de mamás de menos de 14 años, muchos resultado de la violencia sexual derivada del confinamiento por la pandemia.

Sobre su historia, Mía descarta haber sufrido violencia, ella relata como se conocieron y decidieron tener una familia.

«Nos juntamos y como al mes quedé embarazada». «Él tiene 24 años», dice la adolescente para quien esto no es relevante.

La ley mexicana establece que si una persona adulta sostiene relaciones sexuales con una persona menor de 18 años, se trata de un delito, puede establecerse como estupro o violación sexual, ya que se considera que, la o el niño o adolescente no tiene la madurez emocional ni intelectual, por lo que se configura un tipo de abuso.

Con base en esto, y los efectos físicos y psicoemocionales que genera el que niñas y adolescentes se embaracen, desde 2019 en el Diario Oficial de la Federación se publicó el decreto con el que se prohibió el matrimonio infantil, en casi todo el país.

Esto a través de la reforma al artículo 148 del Código Civil Federal.

Sin embargo, historias como la de Mía se repiten en todo el país. Aunque admite que al principio de su relación si recibieron críticas de algunos familiares, pero nadie lo consideró un delito.

«Mi mamá si se decepcionó mucho pero al final, pues no se si todavía lo acepta o no, pero pues me apoya», dice la adolescente al destacar que, «hasta ahorita no he vivido ningún conflicto con eso».

Conapo estima que al día se registran mil nacimientos en madres adolescentes en México. De esta forma la tasa de embarazo infantil es de 69 por cada mil adolescentes mexicanas, en contraste en Europa es de ocho por cada mil.

Mía dice que conoce más mamás de su edad, que desde luego tuvieron miedo de serlo, sobre todo al pensar en la hora del parto, no obstante, aclara que no significa que no lo deseara.

Fue al poco tiempo de enterarse que estaba embarazada que sintió miedo, pero dice que luego pensó «va a ser un ratito y ya teniendo mi hija se me va olvidar hasta el dolor».

México ocupa el primer lugar en embarazo infantil entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), por ello se creó una Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo Adolescente, cuya meta es reducir en un 50 por ciento la tasa de fecundidad en adolescentes de 15 a 19 años y erradicar la maternidad en las niñas de menos de 14 años.

Sobre el tema, Mía opina que, «el cambio en tu vida es depende de ti», porque para ella ser mamá implica comenzar a tomarse la vida con seriedad, lo cual ve positivo a sus 15 años.

Expresó, «yo antes salía mucho, o sea tomaba mi vida como un juego y ahora pues la verdad no, ahora la verdad yo quiero estar siempre al pendiente de mi hija, que no le falte nada».

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