Por: Antonio Gaytán
Mujeres indígenas votan por quien les ordena el hombre, declaró la diputada local del PVEM, Jennifer Adela Deras, en el programa ‘La Charla’, donde se analizó por qué de las marchas feministas el 8 de marzo (8M), Día Internacional de la Mujer.
Programa donde, además de la legisladora local del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), se contó con la participación de la diputada Marisol Carrillo (Morena) y la directora del Centro de Estudios para Invidentes de Durango, Abril Meraz.
Una gran parte de la sociedad cuestiona las pintas y daños que dejan a su paso las feministas, perdiéndose las causas que motivan a las mujeres a protestar.
La legisladora Marisol Carrillo recordó que el 8M nació como protesta el 8 de marzo de 1908 por un grupo de 129 mujeres trabajadoras en una fábrica de Estados Unidos exigiendo la misma paga que a los hombres, el patrón cerró las puertas y las quemó.
Con el paso de los años, a la protesta laboral se agregaron otras causas como el derecho a votar, la libertad sexual y reproductiva, y más reciente el rechazo a la violencia machista.
Más de cien años de lucha y los derechos de las mujeres siguen violentándose, sobre todo en Durango, entidad que ocupa los primeros lugares a nivel nacional porque el aborto sigue siendo penalizado, solo el 36 por ciento tienen un trabajo remunerado, hay una alerta de género por la inseguridad en su entorno y su participación política no se ejerce con libertad.
Abril Meraz dijo que ser mujer discapacitada es enfrentar una doble discriminación, si bien existe una Ley de Inclusión solo está en papel, faltan sensibilidad en la sociedad y en las instituciones para tener acceso a la educación y oportunidades productivas.
La diputada Jennifer Deras señaló que las marchas para difundir los derechos no llega a las poblaciones alejadas y menos en la zona indígena, donde las mujeres sufren de violencia física y sexual, donde, desde niñas, son víctimas de estas acciones.
En relación al voto, se cumplirán 70 años que la mujer en México puede ejercer este derecho y debido al machismo, al miedo que sigue en las comunidades, las mujeres indígenas votan por quien les ordena el hombre.
«Una realidad que nos dice que todavía estamos muy lejos de un cambio a favor de los derechos de las mujeres duranguenses, sobre todo de las más pobres y vulnerables», mencionó Jennifer Deras.
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