Los estragos provocados por la pandemia en el aspecto económico comienzan a ser cada vez más evidentes. Por ejemplo, la pobreza alimentaria ha incrementado, podría haberse duplicado, por lo menos en la ciudad de Durango.
La estimación no obedece a un estudio de alguna institución pero se basa en algo muy real: Las solicitudes de ayuda que reciben lugares como la asociación civil, Centro de Ayuda, Servicio y Apoyo (C.A.S.A) de Durango.
C.A.S.A se ubica en la calle Carlos León de la Peña, en el centro de la ciudad, y se ha convertido en una de las principales formas de llevar alimento a la casa de miles de familias.
Mayra Marrufo, directora del lugar, que también funciona como albergue para pacientes con cáncer, recuerda que la pobreza empeoró desde el año pasado.
«Hace un año que nos mandaron a semáforo rojo y nosotros llegamos al entendido de que somos de primera necesidad, puesto que ofrecemos alimentos a las personas de los hospitales». Sin embargo, la vocación de C.A.S.A ha cambiado en los últimos meses, desde que comenzó a recibir a personas desempleadas que pedían ayuda porque no tenían comida.
«La gente ya no nada más viene de los hospitales, venía gente que no tiene trabajo, gente que no tenía manera de poder tener un ingreso y venían a solicitarnos alimento», relató.
Antes de la pandemia, se entregaban mil 200 platillos en un mes, a personas de poblados que llegaban a la ciudad para recibir atención médica, pero ahora se han sumado mujeres y hombres en pobreza alimentaria.
Piden ayuda para llevar comida a casa
Previo a la emergencia sanitaria, la asociación no proporcionaba despensas, pero luego de que empezó a recibir decenas y luego cientos y miles, de peticiones de ayuda, comenzaron a hacerlo.
La Directora comentó «hemos entregado más de mil 500 despensas». A través de redes sociales suelen recibir mensajes donde los duranguenses cuentan que se quedaron sin trabajo, «tuve que cerrar mi pequeña empresa o falleció alguien de mi casa, y no tenemos para sobrellevar la situación alimenticia».
Aunado a esto, la necesidad alimenticia sigue presente en los hospitales, a donde las personas no pueden entrar, pero permanecen afuera en los barandales, en espera de noticias sobre su paciente.
La atención no ha podido aumentar a la par de la demanda de ayuda
Si bien, la demanda de ayuda alimentaria aumentó 200 por ciento, la atención no ha podido incrementar a la par. El personal de C.A.S.A lleva a cabo diversas tareas para reunir fondos. Por ejemplo, actualmente intercambia pinos por alimentos, y aún así no alcanza el recurso para apoyar a todos.
La Directora admitió que «antes podíamos repartir mucho alimento, pero no veíamos tan palpable la necesidad, o urgente la necesidad». Puntualizó que han entregado mil 500 despensas, «pero si tu más o menos cuantificas cinco personas por familia, el impacto que hemos tenido con la entrega de despensas es mucho más fuerte», destacó.
Por el aumento de la pobreza, el apoyo en despensas ha tenido que entregarse no solo a los pacientes foráneos de hospitales, sino a miles de capitalinos sin trabajo, o con algún negocio quebrado, que no tienen la forma de llevar alimentos a sus hijos.
Cada lunes, en la calle Carlos León de la Peña se hace una larga fila de duranguenses que esperan una despensa. «Algo básico de abarrote, fruta y verdura, que pueden ser usadas hoy y mañana y llegamos a tener una fila de 60 personas, que aún sabiendo que no están en súper lindas condiciones, están formados, con la necesidad de tener algo que llevar a su mesa».