Al cierre de mayo, se contabilizaron 498 denuncias por maltrato a niñas, niños y adolescentes de Durango, lo que significa que en promedio al mes se hicieron un centenar de reportes.
Pero más allá de las cifras, hay preocupación por el nivel de violencia que se ha registrado en los últimos meses. Hay casos de violencia extrema, incluso niños fallecidos a causa de ésta.
José Luis Herrera, procurador de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes, área perteneciente al DIF estatal, afirmó que, «lo que nos tiene preocupados más bien es el incremento en el grado de violencia de los reportes».
Indicó que, con base en los casos atendidos, han detectado que, «muchas familias se quedaron sin un sustento, eso ha aumentado el consumo de algún tipo de drogas y ha incidido en que tengamos cada vez casos más violentos como Santiago Papasquiaro, Nombre de Dios, Nuevo Ideal y en la capital».
Uno de los crímenes a los que hizo referencia el procurador es el ocurrido en Santiago Papasquiaro, el 21 de abril pasado. Kimberly, de seis años, murió por la violencia extrema que sufría con su madre y padrastro.
Se desconoce si sus padres presentaban adicción a alguna droga, pero la mayoría de los casos que atiende el DIF por violencia intrafamiliar tienen esta característica.
Todo inicia como un reporte por omisión de cuidados, pero poco a poco se destapa la violencia real que padecen las niñas y niños, casi siempre por uno o dos tutores adictos a las drogas.
Debido a esto, la Procuraduría ha presentado 42 denuncias, «por casos que nosotros consideramos que pudieran ser configurados como un delito», indicó su titular. Esto es el 20 por ciento del total de víctimas de violencia en sus hogares.
El procedimiento de atención requiere analizar si los padres pueden rehabilitarse y recuperar la custodia de sus hijos, pero en muchos casos, esto no es posible, por lo que quedan a cargo de la Casa Hogar.
El entrevistado relató que el problema del consumo ha causado que «las madres estén procreando bajo el influjo de drogas». Debido a esto, «tenemos como resultado que estamos entregando en el Consejo de Adopciones niños de dos años que todavía no hablan, que todavía no caminan, resultado justamente del consumo».
A pesar del resguardo de los niños victimados, la violencia puede provocar daños a largo plazo.
El procurador, indicó que ha habido «casos extremos en los que ese consumo ha desatado malformaciones congénitas en algunas niñas que, desafortunadamente ahorita si bien es cierto están en una lista susceptible de adopción, por su condición médica es difícil que algún matrimonio o alguna familia decida adoptarlas».
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) en los primeros cinco meses del año, fueron abiertas dos mil 434 investigaciones por el delito de violencia familiar.
De éstas, 576 se registraron en mayo, mes que con esta cantidad se colocó como el más violento, en lo que va del año.
Por lo general, las mujeres son consideradas las principales víctimas de este delito, pero casi todas las víctimas son madres de por lo menos uno o dos niños, que también sufren los efectos de la violencia.