Por: Antonio Gaytán

Las campanas del Templo de San Miguel Arcángel repicaron a las 7 de la mañana del domingo, no para llamar a misa sino para alertar a la población de Coneto de Comonfort de la tragedia que sufrían decenas de familias atrapadas en medio de la inundación que provocó -en cuestión de minutos- una descomunal creciente que desbordó el río que atraviesa el pueblo.

La fuerza de la corriente arrancó árboles, derribó casas e inundó la plaza principal, a su paso arrastró todo lo que encontraba, vehículos y tractores que dejó metros adelante atorados entre el puente vehicular y en una represa río abajo; también se llevó animales y cultivos.

Al llamado de las campanas salieron los habitantes de sus casas y corrieron a auxiliar a las familias atrapadas, personas que se treparon a las azoteas para evitar morir ahogadas; desafortunadamente se registró un deceso, Don Rafael -de 65 años de edad- que sufría de una discapacidad y no logró salir a tiempo, su vivienda fue cubierta en su totalidad por la inundación.

“Rafita”, como lo conocían cariñosamente, tenía su casa pegada al río y la corriente cubrió su vivienda totalmente, quedó atrapado en su cuarto.

El llamado de auxilio llegó hasta las comunidades cercanas (Nogales y Lajas) desde donde salieron las personas con sus camionetas y tractores, cargando talachos y palas, además llevaron ropa, calzado y comida; para ayudar a sus hermanos en desgracia.

Después arribaron las autoridades: Protección Civil, policías municipales y estatales, elementos del Ejército Mexicano con el Plan DN-III-E y la Guardia Nacional; horas más tarde hizo presencia el gobernador José Aispuro para evaluar los daños y coordinar los apoyos.

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Los trabajos de limpieza tardarán varios días, con motosierras cortan las ramas que cubrieron las calles y obstruyeron el puente vehicular, con palas y baldes limpian las casas y las vialidades que quedaron llenas de lodo, se barren los pisos y se ponen a secar los muebles, se enderezan camionetas que quedaron volcadas y se levantan escombros; es una tarea donde participan los ciudadanos y las autoridades.

Templo de San Miguel Arcángel se convirtió en refugio

El Templo de San Miguel Arcángel se convirtió en refugio de las familias damnificadas, hombres y mujeres, niños, jovencitos y personas adultas; encontraron un lugar donde les otorgan cobijas, ropa seca y alimento caliente; les brindaron atención médica y oración para recuperar la calma.

“Nos dejó sin nada el arroyo, en un ratito, fue todo muy rápido”, exclamó Doña Socorro Nevárez con sus ojos todavía con lágrimas al recordar la tragedia, su casa que esta frente a la plaza, afortunadamente logró subirse a la planta alta junto con su esposo, dos hijos, su nuera y sus tres nietos; sus pertenencia se perdieron, muebles y vehículos.

Una de sus vecinas estaba toda golpeada, “me quede sin casa, sin nada, todo se llevó”, nos compartió Doña Francisca Soto, ella y sus 4 hijas se subieron al colchón mientras el agua les llegaba hasta el cuello, solo que se cayó la cama y se golpearon contra los muebles, una de sus hijas se agarró de un poste para evitar ser arrastrada y se lastimó una de sus piernas.

Coneto de Comonfort no sufría una tragedia similar desde 1958, recuerdan los más viejos del pueblo, en septiembre de ese año también subió el arroyo e inundó el pueblo.

Los damnificados, acompañados del padre del pueblo, plantearon sus necesidades al gobernador Aispuro Torres, quien se comprometió en garantizar la seguridad, alimentación, ropa y atención médica de las personas; además, aseguró que sus secretarios y directores acudirán a evaluar los daños y dar respuesta a sus necesidades como es la construcción de cuartos donde vivir, tarea donde deberán sumar esfuerzos todos para superar esta emergencia.

Cabe destacar que los paisanos radicados en los Estados Unidos, han externado su solidaridad y se están organizando para recaudar fondos y enviar ayuda a las familias.

La Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) informó que el desbordamiento de los ríos Coneto y Nogales dejaron 16 viviendas afectadas, familias que son atendidas en albergues temporales.