De nueva cuenta la avenida 20 de Noviembre y la Plaza de Armas se pintaron de morado y verde, para exigir que ninguna mujer sea asesinada, violada y desaparecida.
Este 8 de marzo, las duranguenses se sumaron a las manifestaciones contra la violencia de género. «Unidas, libres y sin miedo» marcharon por la principal calle de la ciudad.
¡Alerta, alerta, alerta que camina… la lucha feminista por América Latina! corearon.
A gritos, con pancartas y canciones las manifestantes exigieron alto a la impunidad y a la indiferencia hacia la violencia feminicida.
¡Señor, señora, no sea indiferente se mata a las mujeres delante de la gente!
Las víctimas
En el contingente, separatista, una duranguense narró como desapareció su prima. Desde la mañana del 24 de enero pasado no saben nada de ella.
«No hay respuesta hasta ahorita, es huérfana soy la única que se está preocupando por ella; hablamos a Fiscalía y nos dice que está investigando, que está investigando (…) me han llegado mensajes por Facebook diciéndome supuestamente donde la tienen y he marcado a Grupo Esmeralda pero no han hecho nada», denunció.
Como ella decenas de jóvenes duranguenses denunciaron de viva voz como fueron victimadas, algunas en su infancia.
Más denuncias
Desde la marcha del 8M, del año pasado, se colocó un tendedero para denunciar agresores sexuales, pero este 2021 el lazo creció.
Estas denuncias públicas han recibido críticas pero para las víctimas de violencia es una catarsis y una forma de hacer justicia, ya que en muchos casos el delito ya prescribió o bien temen a sus agresores. Esto fue lo que manifestó una activista en entrevista, mientras colocaba diversas denuncias de violencia sexual, realizadas por manifestantes.
«Muchas veces para las mujeres nombrar el propio abuso, es un tema muy fuerte, es donde te enfrentas a tu propio dolor, te enfrentas a tu propia realidad», explicó.
Acuerpadas, las mujeres, dijeron una vez más, «yo si te creo» a cada víctima que se atrevió a denunciar públicamente.
La violencia sexual es un lastre que va a la alza, señalaron en la protesta al exigir alto a la impunidad.
Este año fueron tres colectivos de feministas las que organizaron la protesta, que además de incluir la marcha contempló una serie de charlas previas en donde, entre otros temas, se informó sobre los derechos sexuales y reproductivos. Esto incluyó la despenalización del aborto, una de las exigencias de las mujeres, aborto legal y seguro para todas.
La activista Julieta Hernández, destacó que en Oaxaca el aborto está despenalizado hasta las 12 semanas, y es una demanda de las duranguenses.
«Aborto legal, ya», «aborto sí, aborto no, eso lo decido yo», fueron algunas consignas para exigir al Congreso Local que legisle sin credos. Un congreso imparcial pidieron, o advirtieron que «si no hay aborto legal, el desmadre que se va armar».
Estado feminicida
La tarde noche de este lunes, corearon canción Sin Miedo, para que «caiga el feminicida».
El coro feminista recordó a las víctimas de feminicidio en Durango, para lo cual también encendieron una vela por cada una de ellas. Iniciaron con el asesinato de Karol, una niña de Lerdo, quien tenía cinco años. Ella fue violada y asesinada por su padrastro. La segunda recordada fue María Guadalupe Barrón, estrangulada por su esposo.
La lista continuó y concluyó con un minuto de silencio.
La lucha se sintió en el aire frente a la Catedral de Durango, donde se encontraba un grupo de personas considerados Provida, los cuales formaron una valla de personas al interior de la iglesia.
Sin embargo, esto no detuvo a las mujeres en la manifestación, quienes respondieron con un salto y advirtieron que quien no saltara era Provida.
La deuda con las mujeres
De esta forma, las duranguenses exigieron lo que plasmaron en un pliego petitorio. Algunas de estas demandas son: refugios para víctimas de violencia; órdenes de protección para víctimas; cumplimiento del protocolo de investigación de feminicidios, políticas públicas; cumplimiento de disposiciones de la Alerta de Violencia de Género; que autoridades ya no protejan al cuerpo académico de universidades «acosador y misógino», así como a servidores públicos, que los medios de comunicación dejen de revictimizar al abordar el feminicidio; aborto seguro legal y gratuito…
La protesta continuó con una serie de denuncias públicas realizadas por víctimas de violencia sexual, en su mayoría adolescentes y jóvenes, que callaron por temor y la noche de este 8M rompieron el silencio para exigir justicia.