Canatlán, Dgo.- La mañana de este jueves, en un domicilio del poblado Ignacio Manuel Altamirano, sus habitantes se levantaron a la hora de siempre para iniciar la jornada cotidiana.
Cuando todos se disponían a desayunar, se les hizo extraño que Octavio Quezada Soto no se aproximara a la mesa, ante lo que pensando que estaba dormido, su hermana Diana caminó a su habitación para despertarlo.
Sin embargo, la mujer de 34 años de edad se llevó desagradable sorpresa, ya que su consanguíneo de 27 años, estaba muerto, ante lo que dieron aviso al Agente del Ministerio Público, quien acudió para dar fe del cadáver, y ordenó su traslado a la ciudad de Durango para que se le practicara la autopsia al anfiteatro de la Fiscalía General del Estado (FGE), diligencia que reveló que la causa del fallecimiento fue un infarto.