Durango, Dgo.- Solamente en unas cuantas horas, en distintos lugares de esta ciudad tres personas dejaron de existir al ser sorprendidos por letales infartos.
Murió en reloj checador
En el primer caso, un hombre que se encontraba en terrenos de la colonia Carlos Luna, de esta ciudad, dejó de existir al parecer de un infarto provocado por su problema de alcoholismo que a decir de un familiar, padecía desde hacía mucho tiempo.
Eran aproximadamente las 07:00 horas, cuando se reportó al número de emergencia que en el reloj donde checan los autobuses de los azules, ubicado en las calles Venustiano Carranza y Lucha Popular, se desplomó y cayó al suelo un señor.
Éste respondía al nombre de Juan Pablo Hernández Sánchez, contaba con 43 años de edad, radicaba en la calle Maclovio Herrera, de la colonia Francisco Zarco, y al encontrarse en la caseta del checador, se sintió mal y repentinamente se desvaneció.
Al acudir paramédicos de la Cruz Roja intentaron reanimarlo, pero ya había dejado de existir, ante lo que se solicitó la presencia del Agente del Ministerio Público, quien ordenó que el cuerpo del que hasta el momento no se cuenta con su identidad, fuera trasladado al anfiteatro de la Fiscalía General del Estado (FGE) para que se le practicara la autopsia de ley.
Otro fallecimiento
Por otro lado, el señor Francisco Romero García, de 85 años, quien vivía en calle Tizoc, número 108, de la colonia Anáhuac, al sentirse mal de salud sus familiares lo sacaron para a bordo de un vehículo particular trasladarlo a la Cruz Roja, a donde llegaron en pocos minutos, pero al revisarlo en el estacionamiento los paramédicos, ya no presentaba signos vitales, pues un infarto acabó con su existencia.
El tercero
También el señor Celestino Alanís Atilano, de 70 años, quien radicaba en calle Toma de Torreón, número 279, de la colonia División del Norte, murió al infartarse este lunes cuando a eso de las 14:30 horas, ingresó a la farmacia Similares, ubicado en calle Tierra y Libertad, esquina con Toma de Zacatecas, de ese mismo asentamiento.