Las y los trabajadores domésticos siguen sin acceder a prestaciones laborales, a pesar de que así lo establece la ley. Todavía los patrones se rehúsan a cumplir ésta obligación.
Además de denuncias públicas en diferentes regiones, las estadísticas muestran que el 96 por ciento de todas las personas ocupadas en el trabajo doméstico, están en la informalidad y 70 por ciento no tiene prestaciones.
Así lo revela la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), con cifras correspondientes al primer trimestre de 2021. De acuerdo con ésta información, en nuestro país hay 2.2 millones de empleados domésticos de 15 años y más, una cifra que representa el cuatro por ciento del total de ocupados mexicanos.
Esta actividad es predominantemente realizada por mujeres; se estima que 1.9 millones de empleados domésticos se identifican con éste género, esto se traduce en el 88 por ciento de los puestos de trabajo en este oficio.
Debido a su importancia, desde 1983 se celebra el Día Internacional del Trabajo Doméstico, en este contexto el propio Inegi destacó, en un comunicado, la importancia de reconocer a las aportaciones económicas y sociales del trabajo al interior de los hogares. Esto incluye a quienes reciben remuneración como a quienes no, y es que aunque sea un empleo no todos reciben un pago, por ejemplo las amas de casa, que no tienen sueldo.
Dentro del trabajo doméstico remunerado se incluyen ocupaciones como: cocineros domésticos, cuidadores de niños, personas de la tercera edad o enfermas en casas particulares; jardineros, lavanderos, planchadores domésticos, choferes, vigilantes y porteros en viviendas particulares.
En nuestro país, las mujeres continúan con la mayor ocupación para estas labores, según el Inegi, nueve por ciento de las mujeres en la población económicamente activa ocupada, las realiza. En contraste para los hombres es menos del uno por ciento.
No obstante, esto no significa que ganen más que los hombres, por el contrario, como en la mayoría de las profesiones y oficios, ellas tienen ingresos más bajos. En el informe, el Inegi añade que, la diferencia en sueldos «se relaciona con que las ocupaciones donde predominan los hombres, como jardinería, vigilantes y choferes, tienen en promedio mayores ingresos mensuales».
De acuerdo con la ENOE un empleado doméstico gana en promedio tres mil 300 pesos mensuales. Si es mujer percibe mensualmente tres mil 200 pesos pero si es hombre gana cuatro mil 200 pesos en el mismo lapso. La diferencia son mil pesos.
Pero históricamente el trabajo doméstico es uno de los oficios con mayor proporción de empleo informal, lo que implica inseguridad social, ya que no tienen prestaciones para una vivienda, o derechohabiencia a una institución de salud.
Son pocos los que gozan de todos sus derechos, en el caso de Durango se estima que solo el uno por ciento de las personas que se dedican al trabajo doméstico tienen seguridad social, es decir están registrados ante el IMSS.
Esto significa que solo unos tres mil duranguenses, que se dedican a esto, tienen seguridad social, ya que en total hay 31 mil 465 personas dedicadas al servicio doméstico en esta localidad. Ellos fueron encuestados por personal del INEGI en el primer trimestre de este año.
Con ésta radiografía de uno de los oficios más antiguos, se puede apreciar que sigue sin tener la justicia laboral que durante décadas se ha buscado.