Una variante altamente contagiosa del Covid-19, identificada como JN.1, ha emergido como la forma predominante del virus a nivel mundial, siendo especialmente prevalente en el Reino Unido, Estados Unidos, Islandia, Portugal y España.
Aunque la Organización Mundial de la Salud la designa como una «variante de interés», afirma que el riesgo actual para la salud pública global es considerado bajo.
Sin embargo, con la llegada del invierno en el hemisferio norte, se plantea la posibilidad de un aumento en las infecciones respiratorias en diversos países.
Algunos de los síntomas reportados por personas contagiadas con JN.1 incluyen problemas para dormir y ansiedad, además de los síntomas comunes de Covid-19.
Expertos sugieren que esta variante podría ser más transmisible, pero se espera que las vacunas actualizadas brinden protección contra la enfermedad grave.
En Estados Unidos, la variante JN.1 representa aproximadamente el 20% de los nuevos casos de Covid-19 y es la de mayor crecimiento, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Se ha observado un aumento significativo en la prevalencia de JN.1, derivada de la subvariante BA.2.86, durante el período de finales de noviembre a mediados de diciembre, y hay preocupaciones sobre su potencial transmisibilidad.
Aunque la variante comparte similitudes con la subvariante BA.2.86, la actualización de las vacunas se espera que proporcione protección contra las formas graves de la enfermedad, brindando esperanza en medio de la propagación de esta nueva variante del virus.
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