Hongos mortales se expanden con el calentamiento del planeta, advierten científicos
26/05/2025 - Hace 3 días en InternacionalHongos mortales se expanden con el calentamiento del planeta, advierten científicos

En medio de la creciente preocupación por el calentamiento global, una nueva advertencia encendió las alarmas en la comunidad científica internacional: los hongos patógenos, algunos potencialmente mortales, se están propagando a pasos agigantados por culpa del cambio climático. Un reciente estudio realizado por la Universidad de Manchester revela que especies como el Aspergillus fumigatus están alcanzando nuevas regiones, poniendo en peligro la vida de millones de personas vulnerables y la seguridad de los alimentos en diversas partes del planeta.
Aunque poco se habla de ello, los hongos ya causan unas 2.5 millones de muertes al año. A diferencia de virus y bacterias, las infecciones fúngicas suelen pasar desapercibidas en su fase inicial, ya que sus síntomas se confunden fácilmente con enfermedades comunes como la gripe o la neumonía. Esto retrasa el diagnóstico y el tratamiento, dejando a los pacientes en un estado crítico cuando finalmente reciben atención médica.
Entre los más peligrosos está el Aspergillus fumigatus, un hongo microscópico que vive en el suelo, el polvo y la materia en descomposición. Este microorganismo libera esporas invisibles al aire que pueden ser inhaladas sin que uno lo perciba. Mientras que las personas sanas logran eliminarlas sin mayores consecuencias, los pacientes con sistemas inmunológicos debilitados, como quienes tienen cáncer, VIH, o han recibido un trasplante, pueden desarrollar enfermedades letales como la aspergilosis, cuya tasa de mortalidad varía entre el 20% y el 40%.
Gracias al uso de modelos computacionales avanzados, los científicos determinaron que el calentamiento global está ampliando el rango geográfico de estos hongos. Áreas tradicionalmente frías como Norteamérica, Europa del Norte, Rusia y China están viendo un aumento en la presencia de esporas de Aspergillus.
Si las emisiones contaminantes continúan al ritmo actual, se estima que la distribución de Aspergillus flavus aumentará un 16%, lo que no solo amenaza la salud humana, sino también a los cultivos, pues este hongo es capaz de contaminar alimentos básicos como el maíz, el trigo y los frutos secos.
Las condiciones extremas impulsadas por el cambio climático, como olas de calor, sequías prolongadas, tormentas e incluso tornados, están facilitando el transporte de esporas fúngicas por largas distancias. Ejemplos documentados ya existen: después del devastador tornado en Missouri en 2011, se detectó un brote grave de infecciones fúngicas que puso en jaque a los hospitales locales.
Este fenómeno sugiere que, a medida que los eventos climáticos extremos se vuelvan más frecuentes, también aumentará la probabilidad de que brotes fúngicos afecten zonas donde antes no se presentaban.
A pesar de estas advertencias, la medicina moderna no está preparada para enfrentar una epidemia fúngica a gran escala. Expertos como la doctora Elaine Bignell, de la Universidad de Exeter, afirman que los sistemas de salud carecen de recursos, pruebas diagnósticas adecuadas y tratamientos suficientes para hacer frente a esta amenaza silenciosa.
Por su parte, el investigador Justin Remais, de la Universidad de California en Berkeley, lidera un ambicioso proyecto que analiza los registros médicos de más de 100 millones de pacientes en Estados Unidos. Sus datos preliminares mostraron que los casos de aspergilosis están aumentando en un preocupante 5% anual.
¿Un nuevo tipo de pandemia?
Este panorama llevó a varios científicos a comparar la amenaza de los hongos con la de una posible pandemia silenciosa. “Hemos subestimado el riesgo biológico que representan los hongos”, aseguraron. Mientras el mundo sigue centrado en virus como el SARS-CoV-2, estos microorganismos siguen avanzando sin control, alimentados por el deterioro climático y la fragilidad inmunológica de millones de personas.
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