La gripe aviar es una amenaza para la salud de las aves y de los humanos, que puede causar graves pérdidas económicas y sanitarias. Para combatir este virus, que cambia rápidamente y escapa a las vacunas, un equipo de científicos británicos ha utilizado la edición genética para crear pollos resistentes a la infección.

Los investigadores, que publican sus resultados en la revista Nature Communications, trabajan en el Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo, el mismo centro donde se creó la oveja Dolly, el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta.

Cómo se modificó el ADN de los pollos

El virus de la gripe aviar necesita una proteína llamada ANP32A, que se encuentra en las células de los pollos, para replicarse y multiplicarse. Los científicos utilizaron una técnica de edición genética llamada CRISPR, que permite modificar pequeñas secciones del ADN con gran precisión, para alterar el gen que produce esta proteína en las células germinales de los pollos. Estas células son las que dan origen a los óvulos y los espermatozoides, por lo que el cambio genético se puede transmitir a la descendencia.

Los resultados obtenidos y los retos pendientes

De esta forma, se crearon pollos que apenas se infectaron de gripe cuando se les expuso a otras aves con el virus (solo 1 de 10 lo cogió) y no contagiaron después a otros pollos. Sin embargo, el virus logró adaptarse al cambio y utilizar otras dos proteínas similares (ANP32B y ANP32E) para seguir replicándose, aunque con menos eficiencia. Por eso, los autores probaron también a editar dos genes más, consiguiendo así detener la progresión del virus en los huevos.

Los autores reconocen que este es solo un primer paso y que aún hay muchos retos por superar antes de aplicar esta técnica a gran escala. Por ejemplo, habría que evaluar los posibles efectos secundarios de la edición genética sobre la salud y el bienestar de los animales, así como las implicaciones éticas y regulatorias de su uso.

Lluís Montoliu, genetista del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, que no ha participado en el estudio, valora el resultado como una muestra del potencial de la edición genética para generar “animales resistentes a infecciones por gripe”. Según explica, estas técnicas permiten aprovechar “la variabilidad genética existente en la naturaleza” para crear resistencias. “Generar más de una modificación en un mismo animal hubiera sido todo un reto hace unos años”, añade. “Ahora es mucho más sencillo con las herramientas CRISPR”.

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