Retro – Hoy revisitamos ‘The Stanley Parable’
The Stanley Parable Navidad está muy cerca y es la época perfecta para los regalos. De igual forma, para quienes llevamos ya un tiempo en este planeta, la nostalgia se vuelve un catalizador bastante importante. Precisamente, estas fechas se prestan a la perfección para recordar viejos regalos y si hay uno que tengo muy fresco todavía es el juego independiente ‘The Stanley Parable’.
Hay que aclarar algo, aunque parezca reciente, este título está a nada de cumplir diez años. Lanzado en 2013 para PC, este fue el primer juego que pude disfrutar en dicha plataforma con una fluidez más o menos aceptable. Poco sabía en ese entonces que se trataba de una de las experiencias más surrealistas que he tenido el placer de jugar.
Para quienes no lo conozcan, The Stanley Parable es un juego difícil de definir. Es lo que ahora llamaríamos un ‘walking simulator’ con mucho de aventura gráfica. Pero a su vez, tiene este rasgo de jugabilidad en bucle que hace de cada partida algo único.
La premisa es sencilla: te llamas Stanley y eres un trabajador en unas oficinas. Tu turno está por terminar y decides explorar a tus alrededores porque no hay nadie más en el edificio. Todas tus acciones, desde que te levantas de tu silla hasta los pasillos que recorres va siendo acompañado de la voz de un narrador y es entonces donde cambia todo.
El narrador, pieza central en la experiencia, te irá indicando que hacer; sin embargo, la decisión final es tuya. Puedes completar el juego en unos pocos minutos si sigues las instrucciones. O puedes ignorar todo lo que te digan y elegir caminos alternos, salidas falsas e incluso teletransportarte a Minecraft.
Esa es la magia que esconde The Stanley Parable, ya que todas las decisiones que tomemos nos llevará desde un final sencillo y poco anecdótico hasta auténticas locuras que incluso harán que te olvides cuál es el juego que pusiste.
Sin duda, una experiencia que todos deberían probar y que viene bien para estas fiestas ya que es un juego diferente y con una actitud única en su estilo. Por algo incluso con casi 10 años sigue siendo único en su tipo, sin nadie que le pise los talones.
