En una entrevista exclusiva con CNN, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, realizó una declaración significativa que ha causado conmoción a nivel internacional.

Biden declaró enfáticamente que Estados Unidos no entregará armas ofensivas a Israel para un ataque directo contra Rafah, el bastión significativo de Hamas en Gaza. La principal preocupación del presidente estadounidense es la seguridad de los más de un millón de civiles que habitan en la zona.

A pesar de que Estados Unidos mantiene su compromiso con la defensa de Israel, Biden subrayó que únicamente se suministrarán interceptores de cohetes Cúpula de Hierro y otras armas defensivas. En palabras del presidente: “Si Israel decide avanzar sobre Rafah, no facilitaremos las armas ni los proyectiles de artillería que han sido utilizados anteriormente”.

Contexto de la Decisión de Bidestadosen

Estas declaraciones representan la postura más firme de Biden hasta la fecha respecto a una potencial operación militar israelí. Esta posición emergió tras la reciente suspensión de un cargamento de bombas pesadas destinadas a Israel. La pausa en el envío se basó en la preocupación de que Israel pudiera contemplar un ataque masivo contra Rafah, ignorando las advertencias de la administración Biden, tanto públicas como privadas.

El secretario de Defensa, Lloyd Austin, confirmó que la administración detuvo el envío de bombas a Israel por el temor de que se estuviera planeando un asalto contra Rafah, en contra de los deseos de Estados Unidos.

Las acciones de Biden reflejan la determinación de su gobierno por proteger a los civiles y promover una solución pacífica al conflicto. En un momento de tensión en el Medio Oriente, las palabras de Biden marcan un cambio significativo en la política exterior de Estados Unidos y transmiten un mensaje claro a los aliados del país.

Biden advierte que Estados Unidos no proveerá armas para ataques ofensivos en Rafah, llamando a la cautela y demostrando la disposición de actuar para prevenir una escalada del conflicto. La postura del presidente refleja su dedicación a la protección de los civiles y al estímulo de la paz en una región afectada por la violencia. Como superpotencia global, Estados Unidos busca ser un catalizador de cambio positivo y trabajar hacia un futuro más seguro para todos los implicados en el conflicto.

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