Australia no ha registrado ninguna nueva infección por COVID-19 de transmisión local por primera vez en cinco meses.

En Melbourne, la capital del estado de Victoria, que tuvo el mayor número de casos en el país, los residentes disfrutaban del primer fin de semana de cafés, restaurantes y pubs que volvían a abrir a los clientes sin cita previa.

La ciudad solo tiene un caso misterioso sin una fuente conocida. Quedan 61 casos activos en todo el estado, frente a los 70 del sábado.

El viceprimer ministro James Merlino elogió las cifras cero del domingo como «otro gran día para Victoria», pero pidió precaución antes de la carrera de caballos más prestigiosa de Australia el martes, la Copa de Melbourne, conocida como la «carrera que detiene a una nación». Los australianos se reúnen tradicionalmente en bares o en casas privadas para ver el evento, un día festivo.

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La carrera atrae a más de 100.000 personas en el hipódromo Flemington de Melbourne, pero este año se llevará a cabo sin aficionados debido a las restricciones en las reuniones públicas.

El director de salud, Brett Sutton, instó a los victorianos a disfrutar de la Copa, pero a seguir obedeciendo las instrucciones sobre el uso de máscaras y el distanciamiento social.

“La gran mayoría de los habitantes de Melburn saben qué hacer”, dijo Sutton. «Habrá algunos que pueden ser un poco liberales en su comportamiento».

Sutton dijo que la nueva ola de infecciones en Europa mostró la rapidez con la que el coronavirus puede reafirmarse.

“Lo que Europa está atravesando ahora es una consecuencia de no poder llegar a este punto en el que puede mantenerse al tanto de cifras muy bajas”, dijo. «Lo que hemos creado es muy valioso y debemos aferrarnos a él con fuerza».

El estado de Australia Occidental registró el domingo un nuevo caso de COVID-19, una mujer que regresó del extranjero y está en cuarentena de hotel.