Dhaka.- La crisis en Bangladesh ha vuelto a tomar fuerza en las últimas horas, con un saldo de al menos 32 personas fallecidas, entre ellas 13 policías, y cientos de heridos. Esta ola de violencia se desató desde primera hora del domingo, en el marco de las protestas que iniciaron a principios del mes pasado contra un sistema de cuotas laborales suspendido y que ahora tienen al Gobierno como objetivo generalizado.

Los disturbios se han intensificado en diversos puntos del país, con enfrentamientos entre movimientos estudiantiles y simpatizantes del partido gobernante, la Liga Awami, y su sección juvenil, la Liga Chhatra. De acuerdo con el portal ‘Dhaka Tribune‘, se han registrado 44 civiles fallecidos, incluyendo opositores y seguidores del Gobierno, además de 13 agentes de seguridad apaleados hasta la muerte tras un ataque a una comisaría en la localidad de Sirajganj.

En Munshiganj, cerca de la capital Daca, dos personas han perdido la vida y medio centenar ha resultado herido en enfrentamientos entre estudiantes y simpatizantes del partido oficial. Además, seis líderes y activistas de la Liga Awami han sido asesinados en una estación de autobuses de Nargsindi, y otras cinco personas han muerto en Feni, según informes del ‘Dhaka Tribune’.

Nuevas protestas asolan Bangladesh

En otras áreas del país, como Magura, Rangpur y Feni, se han reportado más fallecidos y un centenar de heridos, mientras que en Sirajganj, al noroeste del país, se han registrado cuatro muertes y decenas de heridos en enfrentamientos entre manifestantes, activistas del partido gobernante y la Policía. Además, se reportó tres estudiantes asesinados a tiros en Pabna.

Para frenar la situación, las autoridades han impuesto un toque de queda indefinido en la capital a partir de las 18.00 horas, con la declaración de tres días de «vacaciones» que incluyen la suspensión de la actividad laboral y escolar, excepto los servicios esenciales. Esta medida se aplicará a partir del próximo lunes.

Las protestas, que inicialmente se dirigían contra el sistema de cuotas laborales, han derivado en críticas contra la primera ministra, Sheij Hasina, a quien se le exige una disculpa pública, el castigo a los responsables de represión y el cese de varios ministros. Hasina ha acusado a «grupos terroristas» infiltrados entre los manifestantes y ha llamado a la población a reprimirlos con firmeza.

Mientras tanto, el Tribunal Supremo del país ha rechazado una petición para que la Policía no dispare a matar, argumentando que las leyes de la nación ya son claras al respecto.

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