La inflación en Argentina ha registrado una notable disminución en el mes de julio, alcanzando un 4 por ciento, la cifra mensual más baja en dos años y medio, de acuerdo al reporte del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).

Esta es la tercera vez consecutiva que la inflación se mantiene por debajo del 5 por ciento, lo que representa una señal alentadora en medio de un contexto económico complicado para el país.

El índice de precios al consumidor (IPC) ha alcanzado un preocupante 263.4 por ciento en los últimos 12 meses, ubicando a Argentina como uno de los países con mayores niveles de inflación en el mundo. Sin embargo, en los primeros siete meses del año la inflación ha sido del 87 por ciento, mostrando una leve mejoría en comparación con periodos anteriores.

Los rubros que han experimentado los mayores aumentos durante el mes de julio han sido «restaurantes y hoteles» con un 6.5 por ciento, seguido por «bebidas alcohólicas y tabaco» con un 6.1 por ciento, y «vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles» con un 6 por ciento.

Estos datos reflejan los desafíos que enfrenta la economía argentina en medio de una inflación persistente. La evolución del IPC ha sido motivo de preocupación para el gobierno argentino, especialmente después de la explosión inflacionaria del 25.5 por ciento en diciembre pasado.

Sin embargo, la cifra se ha ido moderando paulatinamente, alcanzando un 4.2 por ciento en mayo, 4.6 por ciento en junio y el actual 4 por ciento, que representa un avance significativo en la lucha contra la inflación.

El presidente ultraliberal Javier Milei ha expresado su satisfacción ante esta tendencia positiva en la inflación, luego de implementar medidas para estabilizar la economía argentina.

«Para nosotros la inflación es un tema que desde lo técnico está terminado, porque hicimos todo lo que había que hacer para solucionarlo. Lo que queda es tiempo para ir viendo esa inflación derrumbarse», comentó el vocero presidencial, Manuel Adorni.

Entre estas acciones se encuentra el drástico recorte de presupuesto, la paralización de obras públicas y la reducción de las jubilaciones y las ayudas sociales. A pesar de estas mejoras en la inflación, la economía argentina sigue enfrentando desafíos significativos.

Según la Cámara Argentina de la Mediana Empresa, la venta minorista ha experimentado una caída del 15 por ciento interanual en julio, y un 17 por ciento en lo que va del año. Además, más de 600 mil personas han dejado de aportar a la Seguridad Social en los últimos seis meses, lo que sugiere una pérdida de empleo o una transición a la informalidad.

El Fondo Monetario Internacional prevé una contracción del 3.5 por ciento en la economía argentina para 2024, antes de una recuperación del 5 por ciento para 2025.

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