Washington.- En una audiencia ante el Senado, el director interino del Servicio Secreto, Ronald Rowe, expresó su consternación y vergüenza por la falta de seguridad en el tejado desde el cual un atacante intentó asesinar al expresidente Donald Trump. Rowe aseguró que «no puede justificar» que el lugar no estuviera suficientemente asegurado para evitar este tipo de incidentes.

Este testimonio se dio en el marco de una serie de interrogatorios realizados por las comisiones del Senado sobre las fallas en los organismos del orden público en las horas previas al intento de asesinato de Trump en Pensilvania. El subdirector del FBI, Paul Abbate, también se presentó ante el Senado para responder preguntas sobre la investigación del ataque a Trump.

Las declaraciones de Rowe se produjeron luego de la renuncia de Kimberly Cheatle como directora del Servicio Secreto después de una audiencia en la Cámara de Representantes en la que no pudo responder adecuadamente a las preguntas sobre las fallas de comunicación previas al atentado del expresidente. Rowe se convirtió en director interino del organismo la semana pasada.

Durante la audiencia, el senador Lindsey Graham, expresó su preocupación por las consecuencias de estas fallas en la seguridad. «Si esto hubiera ocurrido en el ejército, muchas personas habrían sido despedidas. Nada va a cambiar hasta que alguien pierda su empleo», afirmó Graham, criticando la falta de responsabilidad en la estructura de los organismos de seguridad.

El FBI reveló detalles sobre su investigación del ataque, señalando que el agresor, Thomas Matthew Crooks, de 20 años, buscó información en internet sobre tiroteos masivos y otros eventos violentos antes de llevar a cabo el intento de asesinato de Trump. El expresidente aceptó ser entrevistado por agentes del FBI como parte de la investigación.

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