Durante la misa que conmemoró la Fiesta de la Presentación del Señor, el papa Francisco destacó la importancia de la paciencia y alertó sobre el peligro de programar la vida en función del éxito. El pontífice presidió la ceremonia en el Vaticano, donde reflexionó sobre el riesgo de basar nuestras decisiones en el cálculo de posibilidades de éxito, en lugar de cultivar de manera humilde y alegre las pequeñas semillas que se nos confían.

En su homilía, el papa Francisco cuestionó: “¿No corremos a veces el peligro de programar nuestra vida personal y comunitaria sobre el cálculo de las posibilidades de éxito, en lugar de cultivar con alegría y humildad la pequeña semilla que se nos confía, con la paciencia de quien siembra sin esperar nada?”. Además, señaló que es crucial “permanecer despiertos, estar vigilantes, perseverar en la espera” para evitar adormecer el corazón y perder la capacidad de esperar.

Durante la misa, que coincidió con la XXVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada, se realizó el rito de la bendición de las velas. Estas fueron las únicas fuentes de luz en la basílica vaticana durante la celebración, simbolizando la importancia de mantener encendida la llama de la fe y la esperanza.

Los obstáculos para la espera según el Papa Francisco

El papá Francisco también abordó dos obstáculos que dificultan la espera: el descuido de la vida interior y la adaptación al estilo del mundo. En cuanto al descuido de la vida interior, señaló que la costumbre puede reemplazar el entusiasmo y que las experiencias negativas pueden convertir a las personas en seres amargados. En cuanto a la adaptación al estilo del mundo, advirtió sobre la influencia del consumismo y del activismo desenfrenado, que pueden apartar a las personas de la vida cristiana y de la búsqueda constante del Señor.

El papa Francisco concluyó que su mensaje hacía hincapié en la importancia de la espera madurada en la oración y la fidelidad cotidiana. Destacó la necesidad de liberarse del mito de la eficiencia y de la obsesión por la productividad, así como de evitar encerrar a Dios dentro de nuestras categorías preestablecidas. Según el pontífice, Dios siempre llega de manera imprevisible y es crucial estar abierto a su voluntad.

Con esta reflexión, el papá Francisco busca recordar a los creyentes la importancia de la paciencia y la espera en la vida cotidiana. Advierte sobre los peligros de buscar el éxito a toda costa y nos insta a cultivar la fe y la humildad en nuestras acciones diarias.

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