El Salvador enfrenta una situación crítica debido a las intensas lluvias que han azotado el país desde la semana pasada, provocando derrumbes e inundaciones que han dejado al menos 19 muertos, incluyendo seis menores de edad. El gobierno ha declarado el estado de emergencia nacional, ya que las precipitaciones afectan principalmente la costa y las zonas rurales del país, obligando a la evacuación de miles de personas.

Evacuaciones y desplazamientos

Hasta ahora, cerca de 3,800 personas han sido evacuadas debido a las fuertes lluvias que han golpeado diversas áreas de El Salvador. Entre las zonas más afectadas se encuentra el cantón Joya Grande en Santiago Texacuangos, donde una familia de dos adultos y tres niños sufrió graves consecuencias al colapsar un bordo de tierra, sepultando su hogar. Para evitar más derrumbes, tuvieron que pasar la noche en una pequeña embarcación en la orilla del lago de Ilopango. Ronald Fuentes, miembro del comité de Protección Civil del lugar, comentó que la comunidad se ha organizado para evacuar a sus vecinos ante los posibles deslaves, un riesgo constante cada temporada de lluvias.

Fuentes relató: ‘Cada año empeora. Cada invierno acá no se duerme, si hay demasiada lluvia las personas están activas ante cualquier emergencia. Acá es rara la casa que no se ve afectada por las lluvias, porque si no es el desbordamiento del río, es un bordo’. Esta comunidad, que depende del turismo, la agricultura y la pesca, enfrenta enormes desafíos durante la temporada de lluvias, agravados por la falta de presencia gubernamental o apoyo de la alcaldía.

Impacto devastador y cifras de víctimas

Las cifras oficiales indican que las tormentas han dejado 19 personas fallecidas, entre ellas seis menores de edad. Además, dos personas permanecen desaparecidas y 11 han resultado heridas. Los evacuados ascienden a 3,861, de los cuales 1,857 son menores de edad. Durante esta semana de intensas lluvias, se han desbordado 26 ríos, han ocurrido 248 deslizamientos, 23 inundaciones urbanas y 183 viviendas han sido dañadas.

Luis González, de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), destacó la vulnerabilidad del país: ‘El 89 por ciento del territorio es vulnerable, lo que pone al 95 % de la población en riesgo de sufrir casi cualquier desastre natural. Erupciones volcánicas, terremotos, inundaciones, sequías, huracanes, casi de todo nos puede ocurrir’.

Protección Civil reduce la alerta

Tras ocho días de lluvias torrenciales que causaron la muerte de 19 habitantes, las autoridades de Protección Civil de El Salvador han reducido la alerta roja a naranja en todo el territorio nacional. El cambio en la alerta permite la reanudación de actividades como la pesca artesanal, industrial y deportiva, así como actividades recreativas en ríos, playas y lagos, aunque con las debidas precauciones.

Sin embargo, las zonas norte y costera del país permanecen en alerta roja. La dirección de Protección Civil informó que entre los fallecidos se encuentran 13 adultos y seis menores de edad, mientras que los socorristas continúan las labores de búsqueda y rescate de una persona arrastrada por un río en la capital. En total, los heridos ascienden a 12 y los evacuados a 4,230, de los cuales 2,012 son menores de edad. Durante esta semana, 28 ríos se han desbordado, se han registrado 335 deslizamientos, 28 inundaciones urbanas y 233 viviendas dañadas.

A pesar de la reducción en la alerta, El Salvador sigue en estado de emergencia nacional decretado por el Congreso el 16 de junio por un período de 15 días. Según el pronóstico del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), en las próximas 48 horas podría formarse otra depresión tropical que arrastrará humedad del Océano Pacífico hacia El Salvador.

El MARN indicó que desde el 22 de junio, se comenzará a apreciar un cambio gradual en el patrón de lluvias, retornando a condiciones más típicas de la época lluviosa. Cabe recordar que el país ha sido históricamente afectado por fenómenos meteorológicos severos, como el huracán Mitch en 1998 y las lluvias de noviembre de 2009, que dejaron cientos de muertes y miles de damnificados.

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