En una reciente conversación telefónica, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva reafirmó su apoyo al líder venezolano Nicolás Maduro. Lula enfatizó la necesidad de una observación internacional extensa para las próximas elecciones presidenciales en Venezuela, programadas para el 28 de julio.

La Presidencia de Brasil comunicó oficialmente sobre este diálogo, donde Lula respaldó los Acuerdos de Barbados que buscan asegurar elecciones transparentes y libres en el país sudamericano. Además, expresó su deseo de que se levanten las sanciones actuales contra Venezuela para favorecer un ambiente de confianza y comprensión durante el proceso electoral.

Decisiones de observación y cooperación internacional con Venezuela

A pesar de su llamado a una participación significativa de observadores internacionales en las elecciones de julio, el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil declaró que no enviará observadores a Venezuela. El TSE no justificó esta decisión ni confirmó su participación en una posible misión del foro BRICS, a la cual fue invitado por Venezuela.

Colombia también ha decidido no enviar observadores, argumentando la falta de tiempo para organizar una misión que cumpla con los requisitos técnicos impuestos por Venezuela. Es importante mencionar que el Consejo Nacional Electoral de Venezuela canceló la invitación previamente hecha a la Unión Europea para enviar observadores, tras la ratificación de sanciones contra miembros del gobierno de Maduro y su partido.

Ante estos eventos, los presidentes de Brasil y Colombia han mostrado su inquietud por los impedimentos fiscales que enfrentan los candidatos opositores en su registro para las elecciones. En este contexto, el candidato presidencial opositor Edmundo González Urrutia ha subrayado la relevancia de una participación ciudadana robusta, el acompañamiento internacional y una organización eficaz en los centros de votación para asegurar una victoria en los comicios.

González Urrutia también ha reiterado el apoyo de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) y del partido socialcristiano Copei, que ha tenido dificultades legales desde 2015. Durante la conversación, Lula discutió el interés de empresarios brasileños en reinvertir y revitalizar el comercio con Venezuela, así como la importancia de fortalecer la cooperación bilateral para proteger a la comunidad indígena yanomami en la frontera.

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