España.- En medio de un contexto de creciente preocupación por la escalada de llegadas de inmigrantes a las islas Canarias, España se ve inmersa en un acalorado debate sobre la inmigración irregular. Lo que antes parecía un tema secundario en la agenda política del país, se ha convertido en un asunto central que divide opiniones y despierta pasiones.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido uno de los actores principales en este escenario. Durante una gira por tres países africanos, Sánchez abogó por una migración segura, ordenada y regular, pero sus palabras no han estado exentas de controversia. Mientras en Mauritania destacaba la importancia de la contribución de los inmigrantes a la economía española, en Senegal hacía hincapié en la necesidad de devolver a los inmigrantes irregulares a sus países de origen.

La oposición de derecha aprovechó las declaraciones para criticar la gestión del Gobierno y denunciar un supuesto «efecto llamada» que estaría alentando la llegada masiva de inmigrantes a Canarias.

Mientras tanto, la izquierda radical, socia de Sánchez en el gobierno de coalición, ha expresado su descontento con la postura del presidente, señalando que seguir las mismas recetas en migración que la derecha sería un error.

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