En Medio Oriente, las autoridades de Irán, Siria, Irak y Yemen anunciaron varios días de luto oficial por la muerte del secretario general del partido-milicia chií libanés Hezbollah, Hassan Nasrallah, en un bombardeo israelí en Beirut.

El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, declaró cinco días de luto tras lo que calificó como un «bárbaro asesinato» de Nasrallah. «Este atroz crimen es una clara muestra de la naturaleza terrorista del régimen sionista», expresó Jamenei en un comunicado difundido por los medios iraníes.

En su pronunciamiento, el presidente iraní, Masud Pezeshkian, no dudó en señalar a Estados Unidos como «cómplice» de los «crímenes del régimen» israelí en Líbano. Además, condenó el «atentado terrorista» israelí contra Nasrallah, a quien describió como un héroe de la resistencia islámica.

Por su parte, en Irak, el primer ministro Mohamed Shia al Sudani ha decretado tres días de luto en todo el país en honor a la memoria de Nasrallah. Al Sudani condenó el acto como un «ataque vergonzoso» que evidencia la crueldad del régimen israelí y resaltó el sacrificio del líder de Hezbollah como un ejemplo de valentía y determinación en la lucha contra la ocupación.

En Siria, el Ministerio de Asuntos Exteriores emitió un comunicado condenando lo que denominó como una «cobarde y brutal agresión israelí» contra Nasrallah. La nación siria expresó su repudio a las acciones de Israel y resaltó la figura de Nasrallah como un modelo a seguir en la lucha por la liberación y la defensa de la soberanía e independencia.

Finalmente, en Yemen, el presidente del Consejo Político Supremo instaurado por los hutíes, Mahdi al Mashat, proclamó tres días de luto en homenaje al «martirio» de Nasrallah. La nación yemení se unió al duelo por la pérdida de un destacado líder en la región y un defensor de la resistencia ante la agresión extranjera.

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